Autoridades permiten retorno de residentes tras levantamiento de orden de evacuación en Labrador.

Después de dos semanas de tensión y preocupación, los residentes de Churchill Falls en Labrador Central pueden finalmente respirar aliviados. Las autoridades han levantado la orden de evacuación por incendios forestales, permitiendo que las casi 750 personas que tuvieron que abandonar sus hogares regresen.

Robert Dawe, uno de los evacuados, compartió su alivio al enterarse de la noticia de que podía volver a su hogar. Después de semanas intensas lejos de su residencia, describió este período como «un tiempo difícil y caótico».

Churchill Falls, con unos 700 habitantes, es una ciudad industrial vinculada a la estación generadora hidroeléctrica cercana, que abastece de energía a Labrador y Quebec. La rápida evacuación ordenada hace dos semanas tomó a los residentes por sorpresa, obligándolos a abandonar sus hogares en tan solo 45 minutos.

El momento de mayor angustia llegó la semana pasada, cuando el fuego cruzó el río Churchill, la última barrera natural entre la comunidad y las llamas. Dawe recordó con horror cómo las llamas se acercaban a la ciudad, incluso llegando a verse en las cámaras web del aeropuerto. A pesar de los temores, gracias a los esfuerzos realizados, ninguna estructura resultó dañada.

La empresa Newfoundland and Labrador Hydro, responsable de la planta de energía, ha mantenido sus operaciones de forma remota desde Happy Valley-Goose Bay, tras evacuar a su personal debido al peligro inminente del incendio. Aunque la situación se ha estabilizado, con el incendio controlado, se insta a todos a permanecer alerta por cualquier cambio repentino.

Dawe, que también trabaja para la compañía como gerente de la flota, se mostró entusiasmado con la posibilidad de regresar a Churchill Falls. Tras finalizar sus responsabilidades laborales en Happy Valley-Goose Bay, planea regresar a su oficina en la ciudad próximamente.

Esta situación, que mantuvo en vilo a toda una comunidad, finalmente ha encontrado un respiro. La vuelta a la normalidad trae consigo un sentimiento de alivio y agradecimiento por la integridad de las viviendas y de la comunidad en general.