Una investigación reciente revela que el rey Ricardo III de Inglaterra sufrió once fuertes golpes antes de perder el trono y su vida en la batalla de Bosworth en 1485.
Exploraciones detalladas de los huesos del rey, hallados bajo un estacionamiento en la ciudad de Leicester en febrero del año pasado, fueron realizadas por científicos.
Los hallazgos respaldan los relatos históricos que aseguran que el rey fue asesinado después de que se bajó de su caballo que quedó atascado en un pantano.
Los agresores lo atacaron por la espalda con dagas, espadas y una alabarda, el arma medieval utilizada para tumbar a los caballeros de sus caballos.
Sus heridas, muchas localizadas en la cabeza, sugieren que el último rey de los Plantagenet murió luchando.
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