En 1878, el fotógrafo Eadweard Muybridge se enfrentó a una pregunta que durante años había desconcertado a zoólogos y entusiastas de la equitación: ¿se elevan las cuatro patas de un caballo cuando corre? Sin embargo, casi un siglo más tarde, esa misma incógnita resurgió, pero esta vez con un animal diferente: los hipopótamos.
Estos imponentes mamíferos han demostrado ser capaces de despegar del suelo mientras corren, en un breve «vuelo» que dura tan solo 0,3 segundos, según investigadores del Royal Veterinary College de la Universidad de Londres. Esta revelación puede resultar sorprendente para muchos, pero no para los expertos familiarizados con el comportamiento de estas criaturas.
Una de las razones que respaldan esta capacidad de los hipopótamos es su tamaño impresionante. Las hembras adultas pueden pesar alrededor de 1.400 kilos, mientras que los machos pueden alcanzar hasta 3.200 kg, convirtiéndolos en uno de los animales terrestres más corpulentos.
La velocidad también es una característica destacada de los hipopótamos, capaces de alcanzar hasta 30 km/h, lo que les permite moverse rápidamente y alcanzar a presas desprevenidas que se crucen en su camino.
Un estudio detallado del movimiento de los hipopótamos realizado por investigadores del Flamingo Land Resort en Yorkshire, Inglaterra, reveló que estos animales dedican alrededor del 15% de su tiempo de carrera a estar en el aire. A diferencia de otros mamíferos terrestres, los hipopótamos trotan incluso cuando no buscan alcanzar altas velocidades.
La combinación de masa y velocidad convierte a los hipopótamos en criaturas peligrosas, llegando a ser responsables de la muerte de unas 500 personas cada año en su hábitat natural en África. Sin embargo, investigaciones recientes están arrojando luz sobre cómo identificar problemas de salud en estos animales, lo que puede contribuir a su protección y mejorar la calidad de vida de los hipopótamos en cautiverio mediante el diseño de espacios más adaptados a sus necesidades.
En conclusión, los hipopótamos, con su peculiar forma de correr que incluye breves momentos de «vuelo», siguen siendo objeto de estudio y asombro para científicos y amantes de la naturaleza. Su comportamiento único y su impacto en el ecosistema hacen de ellos una especie fascinante que continúa intrigando a quienes se interesan por la vida animal en la Tierra.
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