España apuesta por un «superlaboratorio» móvil para el desmantelamiento de centrales nucleares

El cierre confirmado de las centrales nucleares en España para los próximos años ha desencadenado una serie de nuevos desafíos y retos para el país. Desde la construcción de un cementerio permanente de residuos radiactivos hasta la creación de una planta portátil y modular para el desmantelamiento de los reactores, el panorama energético español se encuentra en plena transformación.

En este contexto, las sociedades públicas Enusa y Ensa han lanzado un proyecto para la construcción de una planta portátil y modular que permitirá el tratamiento de toneladas de residuos de media y baja radiactividad de las centrales nucleares españolas. Este «superlaboratorio» se podrá transportar por módulos de una central a otra, facilitando el manejo y la gestión de estos materiales delicados.

La planta modular, compuesta por al menos seis módulos con las medidas de un contenedor de transporte estándar, se convertirá en un espacio totalmente estanco para evitar fugas y garantizar el blindaje radiológico necesario. Su objetivo principal será gestionar y reacondicionar los residuos almacenados en las centrales nucleares, a través de procesos como segregación, trituración, compactación, corte y descontaminación.

El diseño de esta planta ha sido desarrollado por Enusa y Ensa, y una vez aprobado por el Consejo de Seguridad Nuclear, se espera que el proyecto de construcción completo sea abierto a licitación pública. La consultora de ingeniería que resulte ganadora deberá detallar la forma de construcción, asegurar la estanqueidad entre los módulos y desarrollar los sistemas de protección radiológica necesarios.

Además, el desmantelamiento de las centrales nucleares también supone un desafío importante. Enresa, la empresa encargada de gestionar los residuos radiactivos, está llevando a cabo trabajos para desmantelar la central de Garoña en Burgos, y se está preparando para el cierre de los reactores de Almaraz en Cáceres a partir de 2027. El resto de las centrales españolas también serán desmanteladas antes de 2035, en un proceso que requiere una cuidadosa planificación y ejecución.

En definitiva, el cierre de las centrales nucleares en España plantea nuevos desafíos en términos de gestión de residuos radiactivos y desmantelamiento de instalaciones. La puesta en marcha de la planta portátil y modular representa una oportunidad única para avanzar hacia un modelo energético más sostenible y seguro en el país.