España se encamina hacia la salida total del carbón, siguiendo los pasos de Reino Unido.

Tras 142 años de historia, Gran Bretaña ha cerrado su última central eléctrica alimentada por carbón, marcando un hito significativo en su transición energética. Este acontecimiento histórico no solo afecta al Reino Unido, sino que también envía un mensaje claro a otros países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para que sigan su ejemplo y reduzcan su dependencia del carbón en sus sectores energéticos.

Entre los países que tomarán medidas similares se encuentra España, que ha decidido adelantar su plan original de cerrar las centrales eléctricas de carbón para el próximo año. Esta decisión se debe en gran medida al aumento en la producción de energía renovable, que ha superado ampliamente a la generación de energía a partir de carbón en el país. Además, el cierre de la Central Térmica de As Pontes en Galicia ha contribuido a esta transición hacia fuentes de energía más limpias.

En el caso de España, las últimas centrales eléctricas de carbón que aún están en funcionamiento, como Aboño, Soto de Ribera, La Pereda, Los Barrios y Es Murterar, tienen previsto cerrar o convertirse antes de finales de 2025. Estas centrales representan una pequeña fracción de la capacidad energética instalada en el país, lo que demuestra el progreso hacia una matriz energética más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

La historia de las centrales eléctricas de carbón en España refleja un pasado de crecimiento y empleo, especialmente en regiones como Asturias y Castilla y León. Sin embargo, con la introducción de las energías renovables y la implementación de políticas como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el país se ha comprometido a descarbonizar su sector energético y reducir su dependencia del carbón.

En un contexto más amplio, el cierre de las centrales eléctricas de carbón en los países de la OCDE es parte de una tendencia global hacia la transición energética y la reducción de emisiones de carbono. Países como Italia, Irlanda, Francia y Alemania también han fijado fechas para eliminar progresivamente el carbón de sus sistemas energéticos, mientras que otros países como Türkiye, Japón, Colombia, México y Australia aún no han establecido planes concretos para abandonar esta fuente de energía.

Este cambio hacia una energía más limpia y sostenible es fundamental para combatir el cambio climático y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras. La transición energética no solo implica el cierre de centrales eléctricas de carbón, sino también la inversión en energías renovables y tecnologías más limpias, que permitirán a los países tener un sistema energético más estable y respetuoso con el planeta.

En resumen, el cierre de las centrales eléctricas de carbón en Gran Bretaña y otros países de la OCDE marca un paso importante hacia un futuro energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. España, siguiendo esta tendencia, se encuentra en el camino hacia una economía más limpia y eficiente en términos energéticos, contribuyendo así a la lucha global contra el cambio climático y la contaminación ambiental.