Redacción - El Semanal
Durante los últimos cuatro años, el teletrabajo se ha convertido en una práctica extendida en diferentes modelos de trabajo remoto o jornadas híbridas. Esta experiencia ha permitido evaluar si este modelo laboral realmente funciona y cumple con las expectativas de los empleados.
Según un estudio realizado por la consultora Capterra en 11 países de cuatro continentes, España se posiciona como el cuarto país del mundo con mayor preferencia por el teletrabajo. A pesar de esta preferencia, la incidencia del teletrabajo ha experimentado una considerable disminución en el país.
Los datos recogidos en este estudio revelan que el 48% de los empleados en España desearían trabajar de forma remota en un 100%, mientras que el 41% estaría dispuesto a combinar el trabajo remoto con la asistencia a la oficina durante algunos días. Solo un 10% prefiere el trabajo presencial por encima de cualquier modalidad remota.
España se sitúa por detrás de países como Estados Unidos, México y Canadá en cuanto a la preferencia por el teletrabajo. A pesar de la clara preferencia de los empleados por trabajar de forma remota, la realidad es que la tasa de teletrabajo en España se sitúa en un 13.8%, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
El estudio también destaca que el teletrabajo ofrece ventajas en términos de conciliación familiar, siendo que un 35% de los encuestados estarían dispuestos a reducir parte de su salario con tal de continuar trabajando en remoto. Además, la posibilidad de cubrir gastos adicionales, como transporte o alimentación, sería un incentivo importante para que los empleados regresen a la oficina.
En contraposición, Japón se sitúa como un país donde la preferencia por el trabajo presencial es mucho mayor que por el teletrabajo. Un 46% de los empleados japoneses encuestados preferirían trabajar en la oficina diariamente, evidenciando diferencias culturales significativas en la percepción del trabajo remoto.
A pesar de la preferencia de los empleados por el teletrabajo, las empresas parecen haber reducido las opciones de trabajo remoto durante el último año. Esto plantea un escenario en el que la flexibilidad laboral se ve limitada, especialmente durante los meses de verano, donde tradicionalmente se observaba un aumento en la práctica del teletrabajo.
En definitiva, el teletrabajo ha generado diversas opiniones y preferencias entre los empleados y las empresas, evidenciando la necesidad de encontrar un equilibrio entre las modalidades de trabajo remoto y presencial que satisfaga las necesidades y expectativas de ambas partes.
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