Nueva tecnología agrícola permite reducir consumo de agua en cultivos de arroz

Un estudio reciente ha revelado que el uso de agua en los cultivos de arroz podría reducirse hasta un 54 % sin comprometer el rendimiento de las cosechas. Este descubrimiento es especialmente relevante en un sector agrícola con una alta huella hídrica, donde en Colombia se emplean entre 2.500 y 3.400 litros de agua por kilo de arroz producido.

La investigación, liderada por Jenniffer Carolina Triana Martínez, estudiante de Doctorado en Ingeniería – Automática en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, ha demostrado que al implementar el sistema de Riego por Múltiples Entradas (MIRI) en el cultivo de arroz, se puede lograr una significativa reducción en el consumo de agua. Este método permite una distribución más eficiente al irrigar por zonas específicas, lo que supone aplicar el agua solo donde es realmente necesario, a diferencia del riego en cascada tradicional que distribuye el agua de manera continua y uniforme, siendo menos eficiente y propenso al uso excesivo de agua.

Durante los ciclos de pruebas realizados, se logró disminuir el uso de agua en un 54 % en el primer ciclo de cultivo y en un 35 % en el segundo ciclo, en comparación con el riego tradicional en cascada. Además, al combinar el método MIRI con el riego alternado seco-húmedo, se consiguieron ahorros adicionales del 48 % y 43 % en los ciclos uno y dos respectivamente, sin comprometer la productividad de las cosechas.

Una de las innovaciones más destacadas del proyecto ha sido la implementación de nuevos sistemas de riego, en especial el MIRI, que además de reducir el uso de agua, mantienen altos niveles de productividad en los cultivos. La productividad del agua ha demostrado ser más eficiente con el uso de MIRI, alcanzando valores de 1,07 kg/m³ y 1,24 kg/m³, en comparación con los métodos tradicionales que mostraron una productividad más baja.

Los resultados obtenidos no solo benefician a los agricultores en términos de ahorro de agua y sostenibilidad, sino que también ofrecen un modelo a seguir para mejorar la resiliencia del sector agrícola frente a los desafíos del cambio climático. Este proyecto, desarrollado en el centro de investigación Nataima de AGROSAVIA en convenio con la Universidad de Ibagué y financiado por el Gobierno Flamenco a través de ILVO, ha marcado un hito importante en la agricultura resiliente, especialmente en la región del Tolima, demostrando el potencial de adoptar prácticas agrícolas innovadoras para conservar recursos hídricos y garantizar altos rendimientos en los cultivos.