Nuevas normas reemplazan prácticas antiguas en facturación digital.

La digitalización de las transacciones comerciales ha dado un paso adelante en España con la promulgación de la Ley de Creación y Crecimiento de Empresas en 2022. Esta ley establece la obligatoriedad de utilizar facturación electrónica entre empresas y profesionales, lo que cambiará por completo la forma en que se emiten y reciben facturas.

A partir de la entrada en vigor de esta nueva normativa, todas las relaciones comerciales entre empresas y empresarios individuales en España deberán adaptarse al sistema de facturación electrónica. Esto significa que las pequeñas y medianas empresas, así como los autónomos, tendrán que ajustarse a este nuevo proceso.

El sistema de facturación electrónica español estará compuesto por una plataforma privada de intercambio de facturas y una solución pública gestionada por la Administración Estatal de Tributos. Las empresas podrán elegir entre utilizar una plataforma privada, una solución pública o una combinación de ambas para el envío de facturas.

Entre las ventajas de la facturación electrónica se encuentra la agilización de las transacciones comerciales y la reducción de la morosidad, un problema que afecta principalmente a las pequeñas empresas. Al digitalizar el proceso de facturación, se mejora la trazabilidad de los pagos y se facilita el control de los plazos, fomentando así una cultura de pagos más puntuales.

Además, la facturación electrónica elimina la necesidad de imprimir, enviar y archivar facturas en papel, lo que permite a las empresas ahorrar tiempo y costes administrativos. A partir de 2025, todas las empresas deberán elegir un proveedor de servicios de facturación electrónica o utilizar soluciones públicas gratuitas, adaptando sus sistemas internos para emitir y recibir facturas en formato electrónico.

Es importante cumplir con estas nuevas regulaciones, ya que el incumplimiento puede acarrear sanciones económicas y la exclusión del mercado. Cada vez más empresas exigirán facturas electrónicas a sus proveedores, por lo que es crucial prepararse a tiempo para aprovechar las eficiencias, el ahorro de costes y la reducción de la morosidad que ofrece la facturación electrónica.