Supervivientes israelíes repasan el impacto de Oct. 7, un año después.

A un año de los trágicos sucesos del 7 de octubre, los supervivientes israelíes reflexionan sobre las secuelas aún presentes en su día a día. Desde Sderot hasta el Kibbutz Nir Oz, las cicatrices de aquel fatídico día siguen recordando a los habitantes la violencia y el caos que vivieron.

Lilach Almog, residente de Sderot, recuerda cómo los militantes de Hamas tomaron la estación de policía frente a su edificio, desencadenando una batalla que resultó en la muerte de más de 30 personas. Obligada a huir con sus hijos y madre, Almog ha experimentado ansiedad, culpa de superviviente y el dolor de perder a seres queridos en el conflicto.

Por otro lado, Ziv Abud, sobreviviente del Festival de Música Nova, narra su horrible experiencia al refugiarse en un refugio antiaéreo que se convirtió en una trampa mortal. A pesar de sobrevivir, Abud ha dedicado sus esfuerzos a la campaña por los rehenes, incluido su novio Eliya Cohen, cuyo paradero aún es desconocido.

Shlomo y Hanna’le Margalit, residentes del Kibbutz Nir Oz, se encuentran entre los pocos sobrevivientes de la devastación que azotó su comunidad. A pesar de la pérdida de vecinos y amigos, la pareja lucha por reconstruir sus vidas en un entorno temporal, mientras esperan el regreso de los rehenes.

Eilat Shalev, otra sobreviviente del caos en octubre, relata cómo se escondió en un huerto de pomelos mientras las balas volaban a su alrededor. A pesar de lograr salvarse, Shalev perdió a su esposo en los violentos eventos y lucha por encontrar consuelo para ella y sus hijos.

Finalmente, Liat Atzili, una profesora de historia y civismo, pasó 54 días como rehén en Gaza antes de ser liberada. A pesar de la tragedia que ha vivido, Atzili busca recuperar su vida anterior y encontrar consuelo en la enseñanza y la memoria.

A medida que se acerca el aniversario de esos trágicos acontecimientos, los supervivientes buscan sanar sus heridas emocionales y encontrar un sentido de esperanza en un futuro incierto. A pesar de las diferencias y divisiones, muchos como Atzili reconocen la necesidad de coexistir en paz y buscar una solución sostenible para todos los involucrados.