En el contexto de un intento de asesinato del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, surgieron rápidamente teorías de conspiración que reflejan las incertidumbres del momento y el clima político polarizado de América. Las redes sociales, como fuente dominante de información y desinformación, jugaron un papel crucial en la difusión de estas teorías.
En las horas posteriores al tiroteo, las menciones de Trump en las redes sociales aumentaron hasta 17 veces más que el promedio diario, según PeakMetrics, una firma cibernética que rastrea las narrativas en línea. Estas menciones abarcaron desde expresiones de simpatía por Trump hasta acusaciones infundadas y fantásticas.
Las especulaciones sobre un supuesto autoatentado o una bandera falsa fueron algunas de las afirmaciones que surgieron inmediatamente después del tiroteo, culpando tanto a Trump como a su oponente demócrata, el presidente Joe Biden. Las redes sociales se convirtieron en plataformas donde se difundían análisis partidistas del incidente, con seguidores y detractores de Trump buscando pruebas para respaldar sus creencias.
Las teorías de la conspiración no se hicieron esperar, con acusaciones infundadas, incitaciones al odio e incluso antisemitismo circulando en línea. Todo esto mientras algunos intentaban sacar provecho financiero del evento, como el caso de una cuenta llamada Proud Patriots que promocionaba mercancía temática del intento de asesinato.
Tras el tiroteo, algunos republicanos culparon a Biden por el incidente, argumentando que sus críticas sostenidas a Trump como una amenaza para la democracia han creado un ambiente tóxico. Sin embargo, es importante no sacar conclusiones precipitadas sobre el motivo del tirador hasta disponer de más información.
En medio de acusaciones y especulaciones, cabe destacar que las encuestas muestran que los estadounidenses rechazan abrumadoramente la violencia como forma de resolver diferencias políticas. Sin embargo, el uso de retórica agresiva por parte de candidatos y en redes sociales puede motivar a una minoría a actuar de forma violenta.
En definitiva, eventos como este sirven de «carnaza» para los extremistas en línea, quienes reaccionan con confianza a lo ocurrido sin contar con pruebas suficientes. Es fundamental mantener la cautela y evitar que incidentes como este desencadenen espirales de violencia y escalada en el discurso político.
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