Un grupo humanitario alerta sobre el riesgo de muerte de niños en un campamento de Sudán debido a la escasez de suministros médicos causada por un bloqueo impuesto por un grupo paramilitar.
En medio de la región occidental de Darfur en Sudán, niños desnutridos en un campamento golpeado por la hambruna se encuentran en peligro de morir, según informó un grupo de ayuda el domingo. La organización Médicos Sin Fronteras indicó que las Fuerzas de Apoyo Rápido, quienes han sitiado la ciudad de al-Fasher como parte de su conflicto contra las fuerzas armadas sudanesas, han impedido la entrada de tres camiones con suministros médicos vitales, incluida comida terapéutica, tanto para la ciudad como para el cercano campamento de Zamzam donde se confirmó la presencia de hambre la semana pasada.
Desde abril del año pasado, Sudán ha caído en caos cuando las tensiones entre el ejército y las RSF se convirtieron en enfrentamientos abiertos en la capital, Jartum, antes de extenderse por el país del noreste africano. Darfur ha sido testigo de algunos de los conflictos más devastadores durante la guerra, cobrándose la vida de miles de personas y sumiendo a muchos en la hambruna. Esta crisis ha provocado la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 10 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares desde abril de 2023, según la agencia de migración de la ONU.
Expertos internacionales del Comité de Revisión de la Hambruna confirmaron el jueves pasado que la situación de hambruna en el campamento de Zamzam, donde se refugian hasta 600,000 personas, se ha convertido en una verdadera crisis de hambre.
Las normas para confirmar la existencia de hambrunas son claras, declarándose una situación de hambruna en un área cuando uno de cada cinco personas o hogares carece severamente de alimentos y enfrenta la inanición y la miseria que conduciría a niveles críticos de desnutrición aguda y muerte.
En el campamento de Zamzam, que se ha visto abrumado por la llegada de nuevos desplazados, muchos niños se encuentran en estado crítico. Médicos Sin Fronteras informó que la sala de nutrición en su hospital de campaña en el campamento está sobrepasada, con una tasa de ocupación de camas del 126 por ciento.
El grupo humanitario declaró que los combatientes de RSF han bloqueado los camiones en la localidad de Kabkabiya durante más de un mes, viéndose obligados a restringir el número de niños que reciben alimentos terapéuticos en el campamento abarrotado, ya que su stock de medicamentos solo cubre dos semanas.
«Obstruir o retrasar deliberadamente la carga humanitaria pone en riesgo las vidas de miles de niños al privarles de recibir tratamiento vital», expresaron en la plataforma de redes sociales X.
Hasta el momento, no ha habido comentarios por parte de las RSF. La situación se agrava con el asedio impuesto por las RSF a el-Fasher en un intento de varios meses por arrebatársela al ejército y a sus grupos rebeldes aliados. La ciudad, capital de la provincia de Darfur del Norte, es el último bastión para el ejército en la devastada región de Darfur.
El coordinador de la ONU en Sudán, Clementine Nkweta-Salami, solicitó un alto el fuego para permitir un acceso humanitario seguro e ininterrumpido a través de las fronteras y líneas de combate, así como para aumentar el apoyo financiero para prevenir una hambruna a gran escala en Sudán.
Alrededor de 25.6 millones de personas, más de la mitad de la población de Sudán, enfrentan una grave escasez de alimentos. El Plan de Respuesta Humanitaria de este año de 2.700 millones de dólares estadounidenses para Sudán está menos del tercio financiado, con 872 millones de dólares recibidos hasta principios de agosto, según las Naciones Unidas.
Nkweta-Salami destacó que la comunidad humanitaria ha intensificado la respuesta en los últimos meses, pero las necesidades son inmensas. «No hay tiempo que perder», concluyó.
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