La ‘gymtimidación’ en los gimnasios: ¿un problema común?
Imagina la siguiente situación: te inscribes en un gimnasio con la intención de mejorar tu salud física y mental, sin embargo, a pesar de tus buenas intenciones, una fuerza invisible te retiene. Te parece pereza (y puede que haya una parte de ella), por lo que haces un esfuerzo por tratar de dejarla a un lado y te decides a ir a tu entrenamiento. Acudes, sintiendo cierta ansiedad al pensarlo, y una vez estás dentro te sientes intimidada y solo deseas que llegue el momento de irte. Si sientes familiaridad con esta situación, puede que padezcas gymtimidation, uno de los últimos términos que los usuarios de Internet han escogido para definir dar nombre a una sensación mucho más común de lo que cualquiera pueda imaginar.
El término gymtimidation nace de la combinación de las palabras en inglés gym (gimnasio) e intimidation (intimidación), y, como su nombre indica, describe esa sensación de ansiedad o intimidación que muchas personas – sobre todo mujeres – sentimos al pensar en ir al gimnasio.
A veces, la gymtimidation puede ser tan intensa que muchos terminan pagando membresías que rara vez usan, atrapados en un ciclo en el que la aprobación social marca su ritmo, y llega a desempeñar un papel significativo sobre su salud mental.
Teniendo en cuenta que en los gimnasios la apariencia física y el rendimiento son constantemente visibles y evaluados, entender que este fenómeno suceda no resulta extraño. Esta constante exposición puede amplificar la necesidad de aprobación social y el temor a la desaprobación, aumentando nuestra vulnerabilidad y la ansiedad por sentirnos juzgados, ya sea por nuestra falta de experiencia sobre la esterilla, por nuestro desconocimiento del uso de los equipos, o por las inseguridades personales que sentimos al mostrar nuestro cuerpo en un entorno público y al compararlo con otros.
Está claro que no saber cómo usar el equipo o cómo realizar los ejercicios correctamente puede hacer que uno se sienta fuera de lugar.
Tener vergüenza a ser observado y juzgado por otros nos paraliza al igual que practicar ejercicios de musculación frente a miradas indiscretas aumenta nuestro pudor y ganas de entrenar solos.
Si además, no nos sentimos seguros con nuestra apariencia física y estamos incómodos con la misma, es muy probable que al ver otros cuerpos musculados o…
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