Redacción - El Semanal
La medalla de oro olímpica ayuda al USWNT a restaurar el respeto por el programa
Los rumores sobre la debacle del equipo nacional femenino de fútbol de Estados Unidos fueron grandemente exagerados. Hace un año, casi hasta el día, el USWNT había alcanzado su punto más bajo al ser eliminado en los octavos de final de la Copa del Mundo Femenina de 2023. Los resultados y las actuaciones mayormente desalentadoras en el torneo provocaron preguntas existenciales sobre el lugar del USWNT en el orden mundial del fútbol femenino.
Los estadounidenses subrayaron su extensa refutación a tales narrativas al regresar a la cima del deporte el sábado al derrotar a Brasil 1-0 en la final del torneo de fútbol femenino de los Juegos Olímpicos de 2024 para ganar su noveno título de torneo importante.
Mallory Swanson anotó el único gol del partido en el minuto 57 en el Parc des Princes de París, culminando un torneo impresionante de la talentosa nueva delantera del USWNT y subrayando una carrera olímpica en la que las estadounidenses encontraron diferentes formas de ganar.
La llegada de la entrenadora principal Emma Hayes solo dos meses antes trajo nuevas ideas y creencia a un equipo de Estados Unidos que, aunque claramente diferente al que decepcionó el año pasado, ya contaba con talento de clase mundial y profundidad en todas las líneas.
Hayes expresó su deseo de que su equipo aprendiera a «sucumbir», que ganar no podía ocurrir sin ese rasgo. Pudo sonar draconiano en su elección de palabras, pero su punto estaba claro: no hay caminos directos ni fáciles para ganar torneos importantes.
Los estadounidenses dominaron a Zambia, Alemania y (en su mayoría) a Australia en la fase de grupos antes de aprender cómo era el verdadero sufrimiento. Lucharon en una victoria por 1-0 en tiempo extra en los cuartos de final, en un juego que un disciplinado equipo japonés convirtió en feo a propósito. Estados Unidos luego se apoyó en su sólido bloque defensivo y su sublime delantera para compensar a un centro del campo a veces ausente en una victoria por 1-0 en las semifinales contra Alemania.
Hayes decidió no rotar mucho su plantilla, manteniendo un núcleo de 13 titulares rotativos durante seis partidos en 17 días. El cansancio del equipo era evidente durante todo el partido del sábado mientras Brasil ponía a los estadounidenses en su ejercicio más tortuoso hasta el momento.
Una defensa del USWNT que había concedido solo dos goles en cinco partidos olímpicos antes de la final del sábado también lucía inusualmente tambaleante desde el silbato inicial.
Brasil estuvo cerca de abrir el marcador dos minutos después del inicio del partido cuando Ludmila se lanzó sobre un pase filtrado detrás de la defensa del USWNT. La extremo brasileña desvió su disparo desde corta distancia, permitiendo que la portera Alyssa Naeher realizara una cómoda parada.
Catorce minutos más tarde, Ludmila lanzó otra advertencia cuando se giró creativamente alrededor de la defensa central Naomi Girma del USWNT y estrelló el balón en la red, solo para que el gol fuera anulado porque Ludmila estaba en posición adelantada. Brasil se mantuvo implacable, avanzando mientras el USWNT miraba fijamente al sol de París. Naeher se vio obligada a realizar una espectacular atajada en el tiempo añadido de la primera mitad, al igual que lo hizo en los últimos momentos de su victoria por 1-0 en las semifinales sobre Alemania cuando despejó un potencial empate tardío.
El partido se volvió de ida y vuelta en la segunda mitad y, a pesar de las piernas cansadas, esas condiciones favorecieron a la delantera del USWNT. Korbin Albert, quien inició en el centro del campo en lugar de la veterana Rose Lavelle, aprovechó un error brasileño y jugó un rápido pase filtrado detrás. Sophia Smith, quien estaba en posición adelantada, se apartó del balón y permitió que Swanson lo tomara para marcar. Swanson estaba jugando su partido número 100 para Estados Unidos el sábado después de perderse la Copa del Mundo del año pasado debido a una lesión.
En la victoria del sábado, los estadounidenses encontraron otra forma en la que podían ganar. Brasil fue el mejor equipo durante toda la primera mitad y continuó amenazando con un gol del empate al final (otra espectacular parada en tiempo añadido de Naeher preservó la medalla de oro). Estados Unidos tuvo que luchar, trabajando a través de una defensa nerviosa y lanzamientos de esquina desaprovechados al inicio del partido.
A Seleção también estaba jugando para vengar la historia. Estados Unidos derrotó a Brasil en dos finales anteriores de medalla de oro olímpica, en 2004 y 2008, en los primeros días de la carrera de la capitana de Brasil, Marta. Marta salió del banco el sábado en lo que se espera sea su último partido internacional competitivo mientras buscaba un primer título mundial para un equipo brasileño que durante mucho tiempo ha estado cerca, pero la historia se repitió.
Los comentarios de Hayes sobre el sufrimiento acapararon titulares esta semana en los Juegos Olímpicos, pero fueron consistentes con sus puntos más amplios de meses antes sobre la creación de un equipo más flexible. «Cuando se menciona la flexibilidad, en lo que a mí respecta, el fútbol no es rígido», dijo Hayes a un grupo de periodistas, incluido ESPN, en su presentación como entrenadora en mayo en Nueva York. Ciertos aspectos de un juego cambiarán en función del oponente, continuó.
«Pero, el marco, la metodología, los principios son completamente claros, y nunca cambian, pero los roles pueden cambiar. En términos de tiempo que tengo, simplemente manténganlo simple. Tengo que mantenerlo simple. No tengo tiempo para hacer eso. Asegurémonos de comunicar los mensajes correctos y con el tiempo evolucionaremos».
El USWNT ha evolucionado en tiempo real, ganando otra medalla de oro olímpica a pesar de la incertidumbre que rodeaba al equipo y la novedad de un cuerpo técnico que solo tuvo un poco más de una docena de sesiones de entrenamiento juntas antes de partir hacia Francia el mes pasado. Sería tentador etiquetar esto como «una nueva era» para el USWNT, y en muchos aspectos eso es justo. Una nueva generación de jugadoras talentosas ha surgido, y hay una base sobre la cual construir hacia la Copa del Mundo Femenina de 2027, el torneo por el cual Hayes fue realmente contratada para ganar.
Esta carrera del USWNT hacia el oro, sin embargo, es también notablemente similar a otras épocas y a las habilidades de esos grupos para encontrar diferentes maneras de ganar. Estados Unidos lo hizo en 2004, recuperándose de la vergüenza en las semifinales de la Copa del Mundo del año anterior al ganar una medalla de oro mientras la generación de las ’99ers se retiraba con estilo. Los estadounidenses lo hicieron de nuevo cuatro años después, ganando el oro olímpico en 2008 después de que una joven Marta iluminara a Estados Unidos en las semifinales de la Copa del Mundo de 2007.
Esa perseverancia es una característica predominante del USWNT a lo largo de las décadas y una que claramente regresó al equipo este año. Se trata de la mentalidad, sí, pero también de aplicarla a las circunstancias presentadas.
Hayes había hablado sobre hacer lo mejor con el tiempo limitado que tenía antes del torneo. Hizo correr a su grupo inicial sin piedad en este torneo para construir química, en lugar de rotar alineaciones y mirar con prepotencia hacia adelante a juegos que no estaban garantizados.
La estrategia dio sus frutos. La desilusión de la Copa del Mundo de 2023 ahora parece firmemente más como una llamada de atención que como el inicio de un largo colapso para el programa más exitoso en la historia del fútbol femenino. El USWNT ha vuelto a la cima.
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