Redacción - El Semanal
En Europa, China ha implementado una cantidad significativa de energía renovable, provocando la necesidad de sistemas de almacenamiento para garantizar la flexibilidad de la red eléctrica y evitar el desperdicio de energía. Una situación inusual ha surgido en la cual se han producido demasiadas baterías.
El crecimiento exponencial en la capacidad de almacenamiento de energía en China ha sido notable, aumentando en un 40% desde principios de año y alcanzando los 44 gigavatios para finales de junio. Este crecimiento ha excedido las expectativas establecidas para el país en 2025, destacando la eficiencia y dominio de China en el campo de las grandes baterías de almacenamiento.
A pesar de este éxito aparente, un problema emerge en la subutilización de muchas de estas baterías. Según estadísticas, la utilización promedio de los sistemas de almacenamiento es extremadamente baja, con una inactividad del 91% del tiempo, lo que plantea desafíos en la eficiencia de su aplicación.
La falta de motivación en los mercados eléctricos para el uso activo de estas tecnologías se convierte en un obstáculo significativo. Aunque la tecnología de almacenamiento es relevante y necesaria, la baja rentabilidad en un mercado donde la electricidad es muy económica limita su aplicación efectiva.
La obligatoriedad en China de instalar baterías se debe a la intermitencia en la generación de electricidad a partir de fuentes renovables como la energía eólica y solar. Para equilibrar esta intermitencia sin recurrir a las centrales térmicas, las baterías son esenciales para almacenar energía en momentos de excedente y liberarla según la demanda.
Ante esta situación, se requieren reformas en el mercado eléctrico chino, como la implementación de precios variables de la electricidad a lo largo del día, para promover el uso activo del almacenamiento y optimizar la estabilidad de la red. Estas medidas podrían generar oportunidades de arbitraje y hacer más rentable la venta de energía almacenada en momentos de alta demanda.
En resumen, el exceso de baterías en China refleja un desafío en la eficacia y rentabilidad de la implementación de sistemas de almacenamiento de energía, destacando la importancia de ajustar los incentivos en los mercados eléctricos para aprovechar al máximo estas tecnologías.
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