La Comisión Europea sugiere aumento de impuesto a Tesla para proteger la industria local.

La Unión Europea ha estado evaluando la posibilidad de aplicar aranceles a los coches eléctricos chinos en los últimos meses, lo que podría tener un impacto significativo en el mercado. Aunque no se les llama directamente aranceles, el regulador europeo propuso un «impuesto de compensación» de este tipo que afectaría a varias marcas, incluida Tesla.

Uno de los principales afectados por estas medidas podría ser Tesla, la compañía de Elon Musk, que ahora se ve enfrentando un arancel del 9%. Esta decisión se tomó después de que Tesla solicitara una investigación completa, y la Comisión Europea destacó que los aranceles se basan en la producción y exportación de Tesla en China.

A pesar de esto, la situación podría haber sido peor para Tesla, ya que la UE había señalado inicialmente que podrían enfrentar un arancel del 20,8%. Sin embargo, Tesla argumentó que recibió menos subsidios que otros fabricantes chinos, lo que llevó a que se recalculase la tasa impositiva a un 9%.

Además, la UE ha realizado ajustes a los aranceles temporales aplicables a otros fabricantes chinos, como BYD, proporcio, SAIC, entre otros. Estos ajustes se hicieron en base a comentarios legítimos de las partes involucradas, lo que resultó en tarifas que varían entre el 17% y el 36,3%.

Aunque estos aranceles entraron en vigor en julio, no se aplicarán de manera definitiva hasta finales de octubre. La UE ha establecido el 30 de octubre como fecha límite para confirmar la implementación de estos aranceles, que tendrían una duración de cinco años si se confirman.

Por su parte, China ha expresado su firme oposición a estas medidas, y ha consultado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para determinar si violan los estándares globales de la organización. A pesar de que Bruselas y Pekín están en contacto para explorar posibles alternativas, la UE mantiene sus planes arancelarios.

En conclusión, la posibilidad de aranceles a los coches eléctricos chinos ha generado un escenario complicado en el mercado automotriz, con repercusiones tanto para los fabricantes chinos como para empresas como Tesla. La decisión final sobre la aplicación de estos aranceles estará en manos de la UE, con implicaciones significativas para el futuro del sector.