El hombre más longevo del mundo, de 112 años, celebra su cumpleaños.

En una pequeña localidad costera en el oeste de Inglaterra, se celebra un hito impresionante: John Alfred Tinniswood, el hombre más longevo del mundo, cumple 112 años de vida. Nacido el 26 de agosto de 1912, el mismo año en que el Titanic se hundió y cuando Nuevo México y Arizona se convirtieron en estados de EE. UU., se convierte en un ejemplo viviente de vitalidad y longevidad.

Tinniswood, reconocido por el Libro Guinness de los récords como el hombre más anciano del mundo actualmente, celebrará este aniversario rodeado de amigos y familiares en su hogar de cuidados en la pintoresca ciudad costera de Southport. A pesar de la extraordinaria edad, el homenajeado compartió con GWR que no siente diferencia alguna al cumplir 112 años, expresando: «No me siento esa edad, no me emociono por ello. Probablemente por eso he llegado hasta aquí. Lo tomo como cualquier otra cosa».

Padre de un hijo, abuelo de cuatro nietos y bisabuelo de tres bisnietos, este veterano sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial comparte su sabiduría sobre el cuidado de la salud: la moderación es clave. A pesar de sus años, disfruta escuchando la radio y llevando a cabo tareas cotidianas como levantarse de la cama y manejar sus finanzas sin necesidad de ayuda.

Al reflexionar sobre el futuro y visualizar cómo será el mundo dentro de otros 112 años, Tinniswood expresa su deseo de un mayor nivel de honestidad entre los diversos países, señalando que muchos tienden a mostrar una fachada en ocasiones.

A pesar de su avanzada edad, Tinniswood se encuentra a cuatro años de alcanzar el récord del hombre más anciano de la historia, actualmente en posesión de Jiroemon Kimura de Japón, quien vivió 116 años entre 1897 y 2013. Por otro lado, la persona más longeva registrada, Jeanne Calment de Francia, vivió durante 122 años entre 1875 y 1997.

En un mundo donde la longevidad y la vitalidad adquieren un significado particular, la celebración de los 112 años de John Alfred Tinniswood no solo marca un hito personal, sino que también inspira a reflexionar sobre la importancia de una vida saludable y en armonía con el mundo que nos rodea. Que este momento especial nos recuerde que la edad es simplemente un número, y que la verdadera riqueza reside en la sabiduría y la conexión con nuestras raíces.