Redacción - El Semanal
NaNoWriMo toma una posición neutral sobre la inteligencia artificial, lo que ha generado controversia entre los autores más vendidos
En un reciente comunicado, National Novel Writing Month (NaNoWriMo), la organización sin ánimo de lucro que anima a cualquier persona interesada a redactar una novela cada noviembre, ha anunciado que aceptará el uso de inteligencia artificial (IA) como herramienta en el proceso de escritura.
Esta decisión, basada en la creencia de que la oposición a la IA puede tener connotaciones clasistas y capacitistas, ha generado reacciones mixtas, recibiendo tanto apoyo como críticas, incluyendo algunas de reconocidos autores y ex miembros de la junta directiva de NaNoWriMo.
En el comunicado publicado en su página web, la organización destaca que no condena ni respalda exclusivamente la tecnología. Por el contrario, NaNoWriMo defiende la libertad de los escritores para elegir sus propios métodos, ya sea mediante enfoques tradicionales o herramientas de IA.
La posición oficial de NaNoWriMo destaca la complejidad de la IA como una categoría tecnológica amplia, lo que dificulta su total aceptación o rechazo. También subraya las implicaciones sociales del uso de la IA, sugiriendo que oponerse a la IA ignora las realidades de las disparidades de clase y capacidad.
Según NaNoWriMo, algunos escritores pueden recurrir a la IA por motivos prácticos, como restricciones financieras o desafíos cognitivos que hacen que los métodos de escritura tradicionales sean menos accesibles.
La organización señala que las minorías subrepresentadas tienen menos probabilidades de conseguir acuerdos de publicación tradicionales, lo que obliga a muchos a ingresar en el espacio de autores independientes donde los costos iniciales pueden ser prohibitivos. En estos casos, las herramientas de IA podrían proporcionar un apoyo esencial que les permita perseguir sus objetivos de escritura.
Sin embargo, la aceptación de la IA no ha estado exenta de controversia. Voces prominentes en la comunidad de escritores han expresado su descontento con la postura de NaNoWriMo.
El autor de fantasía urbana Daniel José Older, ex miembro de la Junta de Escritores de NaNoWriMo, anunció su renuncia de la junta en respuesta a la posición pro-IA de la organización.
Por otro lado, Maureen Johnson, autora de novelas para jóvenes adultos en los primeros lugares de venta según #1 New York Times y USA Today, también renunció a la Junta de Escritores del Programa de Jóvenes Escritores de NaNoWriMo, citando preocupaciones sobre cómo la organización podría utilizar el trabajo de los escritores para entrenar sistemas de IA.
Otros autores, como Adam Christopher y Bryan Young, criticaron a NaNoWriMo por lo que perciben como una postura anti-arte y anti-creatividad, acusando a la organización de promover contenido generado por IA sin significado.
La reacción adversa se vio alimentada por las revelaciones de que los patrocinadores recientes de NaNoWriMo incluyen empresas que ofrecen software de IA y herramientas de escritura, como ProWritingAid.
Ante las críticas, NaNoWriMo reconoció la existencia de prácticas éticamente cuestionables en el espacio de la IA pero reiteró que su postura está motivada por el deseo de apoyar a todos los escritores, independientemente de sus métodos elegidos.
A medida que la IA continúa evolucionando y su papel en los procesos creativos se vuelve más prominente, la posición de NaNoWriMo podría servir como un indicador de cómo otras organizaciones y personas abordan la integración de la IA en campos creativos. Para los tomadores de decisiones empresariales, especialmente aquellos en las industrias de publicación y creativas, la postura de NaNoWriMo podría ofrecer información valiosa mientras navegan por las implicaciones éticas y prácticas de la IA en sus propias operaciones.
En última instancia, la posición de NaNoWriMo refleja un debate más amplio dentro de la comunidad de escritores: ¿es la IA una herramienta al nivel de un procesador de palabras o un motor de búsqueda, dirigida principalmente por humanos, o es una tecnología moral y éticamente comprometida construida a partir de obras con derechos de autor sin permiso, que los críticos equiparan con el robo? Por ahora, parece que los principales autores están uniendo posiciones en torno a la última postura.
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