Redacción - El Semanal
En la isla socialista de Cuba, cuna de la salsa y otros ritmos que han conquistado el mundo, ahora se rinde ante la invasión de la música pop surcoreana.
A pesar de los 13 mil kilómetros que separan a la nación asiática de la isla comunista, así como de las diferencias de idioma y tradiciones culturales, todas estas barreras parecen desaparecer en un instante gracias al ritmo contagioso y la elaborada coreografía del K-pop.
La música popular coreana, o K-pop, ha encontrado seguidores en todo el mundo a través de grupos como BTS, NCT y Blackpink, que rivalizan con artistas como Taylor Swift en descargas y ventas de álbumes a nivel global.
Aunque la música K-pop tardó en llegar a Cuba, donde la salsa reina y la velocidad de internet era lenta hasta hace poco, en la actualidad, decenas de adolescentes vestidos con faldas escocesas, pantalones bomber holgados y delineador negro, muestran sus mejores pasos de baile mientras se proyectan imágenes de los ídolos del género en una pantalla grande de un club de baile en La Habana.
«El K-pop me ha abierto un nuevo mundo», expresó Fransico Piedra, de 24 años, quien sueña con ser coreógrafo profesional de K-pop y comparte con sus amigos la alegría de la risa, la canción y el baile. Muchos de los adolescentes cubanos esperan seguir los pasos de dos grupos de la isla —Limitless y LTX— que antes de la pandemia viajaron a Corea del Sur para participar en el Festival Mundial de K-pop, una competencia anual de talento.
El K-pop, que abarca estilos musicales que van desde el R&B hasta el rock, llegó por primera vez a la isla cuando los cubanos se enamoraron de las telenovelas surcoreanas hace aproximadamente una década. A medida que mejoraron las velocidades de internet y se flexibilizaron los controles gubernamentales, más jóvenes cubanos se conectaron en línea y comenzaron a ver videos, al igual que adolescentes en todo el mundo.
A pesar de que los jóvenes cubanos pueden estar fascinados por el K-pop, una generación más antigua de líderes ha mantenido relaciones más frías con Corea del Sur. Ambos países solo restablecieron relaciones diplomáticas este año, después de que estas se interrumpieran tras la revolución cubana de 1959, y aún no han intercambiado embajadores. Mientras tanto, Cuba sigue siendo un firme aliado de Corea del Norte, que considera al K-pop como una forma peligrosa de propaganda, proveniente de un enemigo capitalista con el que ha estado en un enfrentamiento militar desde la década de 1950.
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