El auge de la "K-Cultura" ha tomado diversas formas, desde el pop y el cine hasta la gastronomía. Sin embargo, un fenómeno reciente y conmovedor está demostrando que la influencia coreana puede manifestarse de las maneras más inesperadas, incluso a través de la música tradicional interpretada por una generación mayor que reside fuera de Corea del Sur. Un grupo de adultos mayores de la comunidad coreana en Los Ángeles ha capturado la atención mundial con sus interpretaciones del himno nacional de Estados Unidos utilizando un instrumento tan humilde como la armónica.
Para muchos coreanos que emigraron, la armónica no es solo un instrumento; es un vínculo con la infancia y con un hogar que dejaron atrás. Donna Lee, de 80 años, rememora su niñez en Seúl, donde aprendió a tocar este instrumento en la escuela. Su emigración a Estados Unidos, y finalmente a California del Sur, donde reside en Koreatown, la llevó a trabajar durante casi tres décadas antes de jubilarse. La jubilación, sin embargo, trajo consigo un vacío que la impulsó a buscar nuevas actividades.
Así llegó al Centro Comunitario para Adultos Mayores de Koreatown (KSCC), un lugar que se ha convertido en un refugio y una oportunidad para que muchos de sus compatriotas redescubran pasiones y construyan una vida enriquecedora en sus años dorados. En 2023, Lee se unió a la clase de armónica del centro, donde un grupo de entusiastas comenzó a practicar juntas, dedicando innumerables horas a perfeccionar su interpretación de "The Star-Spangled Banner", el himno estadounidense.

Kwan-Il Park, director ejecutivo del KSCC y periodista político jubilado en Corea del Sur, subraya la importancia de este fenómeno. "No ha habido muchas oportunidades en las que la comunidad coreana y la comunidad general hayan podido unirse de esta manera", explica. Park destaca que la armónica, al ser un instrumento accesible y asequible (su costo oscila entre 15 y 20 dólares), se convierte en un símbolo de unión y accesibilidad.
El hecho de que este grupo de adultos mayores interprete el himno nacional con un instrumento tan popular es especialmente significativo. Para muchos, la armónica evoca recuerdos de una época en Corea donde era común aprender a tocarla en la escuela primaria. Tras la inmigración, esta práctica a menudo se abandonó. Ahora, en el KSCC, la armónica no solo es una actividad; es un reencuentro con esas memorias.
Sandra Choi, voluntaria e intérprete del KSCC, comenta que para muchos coreanos mayores, tocar la armónica representa un momento de relajación, un lujo que a menudo no pudieron permitirse durante décadas dedicadas al trabajo y al cuidado de sus familias. Choi confiesa que escuchar la armónica le evoca recuerdos de su infancia, incluso sin haber crecido en Corea, lo que demuestra la profunda conexión cultural que el instrumento representa.
El aumento de la popularidad del grupo de armónica se produjo tras su actuación en el Ayuntamiento de Los Ángeles en 2023, ante un público de cien personas. El éxito de esta presentación llevó a nuevas invitaciones, expandiendo su alcance. El KSCC, fundado con el propósito de ofrecer comunidad y actividades a las generaciones mayores de coreanos, ha crecido exponencialmente desde sus inicios con solo cinco clases semanales a la actualidad, ofreciendo 47 clases de lunes a viernes y atrayendo a casi 1.500 personas por semana.
Las clases van desde habilidades prácticas para la vida diaria, como inglés y uso de smartphones, hasta pasatiempos como la armónica. Precisamente, la clase de armónica de los miércoles a las 11:10 a.m. se ha convertido en una de las más destacadas del centro.
Sin embargo, el salto a la fama internacional ocurrió de manera completamente inesperada. La vasta comunidad coreana en Los Ángeles, la más grande del país, llevó a una invitación a actuar en eventos locales. En enero, el equipo de hockey sobre hielo Los Angeles Kings contactó al KSCC para que la clase de armónica actuara en marzo, como parte de la noche de la herencia coreana del equipo. La respuesta del público fue tan abrumadora que el grupo fue invitado a interpretar el himno nacional en el primer partido de la serie de playoffs, el 21 de abril.
Donna Lee y doce de sus compañeras, ataviadas con hanbok (la vestimenta tradicional coreana), subieron al escenario y su actuación se volvió viral instantáneamente. La acogida fue tan positiva que se les pidió que actuaran nuevamente en el segundo partido. La imagen del grupo, interpretando el himno con armónicas, cautivó a la audiencia, no solo en el estadio, sino también a través de las redes sociales, donde los videos se compartieron masivamente. La popularidad del grupo trascendió el ámbito del hockey, llegando a ser noticia incluso en Corea del Sur.
La actuación en los playoffs fue un momento trascendental para el grupo. Lee confiesa que nunca imaginó que algo así pudiera suceder. Pasar de practicar en un aula a actuar frente a 18.000 personas en la noche de la herencia coreana ya fue una experiencia memorable. Pero ser invitadas a los playoffs, y no solo una vez, sino dos, y ver a casi todos los asistentes cantar con ellas, mientras las redes sociales se llenaban de comentarios de admiración, fue algo que sobrepasó cualquier expectativa.
Algunos comentarios en redes sociales iban desde "La remontada de los Oilers fue genial, pero no le ganarán a los Kings en la casa que construyeron las abuelas coreanas de la armónica" hasta un aficionado de los Oilers preguntando retóricamente si alguien en la comunidad coreana de Edmonton tocaba la armónica para "combatir fuego con fuego". Lee asegura que, a pesar de la magnitud del evento, no sintieron nerviosismo. "Fue mi primera vez en el estadio", comenta. "Nos sorprendió mucha gente, y simplemente disfrutamos del maravilloso estadio. Era un lugar grande con mucha gente".
Aunque Lee nunca había visto un partido de los Kings antes de actuar, decidió quedarse para el primero y se convirtió inmediatamente en fanática. Algunos miembros del grupo se quedaron para el partido completo, mientras que otros se fueron a casa. Ahora, bromea entre risas, "¡todos somos fans de los LA Kings ahora!".
La historia de este grupo de armónicas coreanas es un ejemplo conmovedor de cómo la cultura, la comunidad y una pasión compartida pueden crear momentos de conexión y reconocimiento que trascienden fronteras y generaciones. En un momento en que la "K-Cultura" sigue en auge, este grupo de "K-seniors" demuestra que la autenticidad y la tradición, incluso en formas inesperadas, tienen un poder inigualable para cautivar al mundo.

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