Mariska Hargitay rinde homenaje a su madre, Jayne Mansfield, en un documental con ambiciones al Óscar
El debut como directora de Mariska Hargitay, My Mom Jayne, un íntimo documental sobre la vida de su madre, la icónica actriz Jayne Mansfield, ha generado un intenso debate en el mundo del cine tras su estreno en HBO el pasado 27 de junio. La película, que tuvo una proyección previa en junio en Los Ángeles para cumplir con los requisitos de elegibilidad de los Óscar, aspira a hacerse un hueco en la próxima temporada de premios, a pesar de la histórica reticencia de la Academia hacia los documentales centrados en celebridades.
Hargitay, conocida por su papel en Law & Order: Special Victims Unit, no solo explora la efímera pero vibrante carrera de Mansfield, símbolo sexual de los años 50 y 60, sino que también profundiza en el impacto de su trágica muerte en 1967. En un accidente automovilístico que conmocionó al mundo, Mansfield perdió la vida cuando Hargitay tenía solo tres años. Junto a sus hermanos, la actriz sobrevivió al siniestro, pero arrastró durante décadas el peso de un duelo no resuelto y secretos familiares que ahora revela en el filme.

El documental, aplaudido en festivales como Cannes y Tribeca, ha recibido elogios unánimes —incluyendo una puntuación perfecta en Rotten Tomatoes— por su enfoque emotivo pero riguroso. No se limita a ser un retrato nostálgico, sino una investigación personal que recuerda al aclamado Stories We Tell de Sarah Polley, donde la verdad se desvela de manera metódica y conmovedora. Hargitay comparte por primera vez un revelación personal que, según los críticos, añade una capa inesperada a la narrativa y subraya su proceso de reconciliación con el pasado.
Aunque la Academia ha ignorado en ocasiones documentales sobre figuras famosas —como los dedicados a Anthony Bourdain o David Bowie—, el equipo detrás de My Mom Jayne confía en que el trasfondo humano y universal del proyecto pueda romper ese patrón. "No es solo un documental sobre una estrella, sino sobre el legado, el dolor y la redención", señaló una fuente cercana a la producción.
Hargitay, por su parte, ha expresado su gratitud por la respuesta del público: "Los mensajes de quienes se han sentido reflejados en esta historia me han conmovido. Es hermoso ver cómo el cine puede sanar". HBO, distribuidor del filme, declaró su compromiso con la campaña por los premios, destacando su valor como "obra excepcional".
Un detalle simbólico: mientras Mansfield nunca fue nominada al Óscar pese a su Globo de Oro en 1957, Hargitay podría lograrlo con este homenaje que transita entre el amor filial y la catarsis. En un año competitivo para el cine documental, My Mom Jayne emerge como un testimonio poderoso, capaz de conectar con audiencias más allá del morbo biográfico. Su éxito, en cualquier caso, ya está escrito: mantener viva la memoria de Jayne, desde la honestidad y el arte.
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