Redacción - El Semanal
En medio de la creciente tensión con China, Taiwán se prepara para integrar dos nuevos buques de guerra de clase Tuo Jiang, bautizados como «asesinos de portaviones». Las corbetas An Jiang y Wan Jiang, forman parte de un conjunto inicial de seis unidades que comenzaron a desarrollarse casi una década atrás.
Estas corbetas, que son similares a las fragatas pero de menor tonelaje y autonomía, destacan por su agilidad y rapidez. Su versatilidad les permite desempeñarse en distintos escenarios de operación, desde labores de patrullaje y vigilancia hasta participar en operaciones de guerra de superficie e interceptación de otros tipos de buques.
Equipadas con misiles, cañones y otros sistemas de armamento, estas naves presentan características impresionantes. Con un desplazamiento a plena carga de 600 toneladas y una velocidad máxima de 36 nudos, poseen dimensiones de 60,4 metros de eslora, 14 metros de manga y un calado de 2,3 metros, lo que las hace embarcaciones relativamente compactas pero altamente efectivas.
La Armada de la República de China (Taiwán) destaca la alta maniobrabilidad, capacidades furtivas y poder de ataque de los buques de clase Tuo Jiang. Estos navíos están equipados con misiles antibuque subsónicos Hsiung Feng II, que poseen un alcance de 100 km y llevan ojivas altamente explosivas. Asimismo, los buques pueden lanzar los Hsiung Feng III, que se encuentran en fase de desarrollo.
En términos de defensa antiaérea, los buques están preparados para desplegar misiles Hai Chien II, diseñados para interceptar aeronaves, helicópteros y drones en movimiento acelerado. Los sistemas de armas Phalanx CIWS de origen estadounidense también formarán parte de su arsenal, brindando una solución de defensa automática de proximidad con cañones de 76 mm y ametralladoras T74.
Por su parte, China ha estado fortaleciendo su presencia naval, poniendo a prueba su nuevo portaviones CNS Fujian, que fue botado el 17 de junio de 2022 y está en espera de su puesta en servicio oficial. Este portaviones es descrito por algunos analistas como el más grande y avanzado jamás construido fuera de los Estados Unidos.
En un contexto de tensiones geopolíticas y estratégicas en la región, la integración de estos nuevos buques de guerra por parte de Taiwán marca un importante hito en el fortalecimiento de sus capacidades militares y defensivas. La región de Asia-Pacífico sigue siendo escenario de una creciente actividad militar, con países como Taiwán y China reforzando constantemente sus arsenales y capacidades operativas en el mar.
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