Comienza campaña para rescatar la piscina única de la Universidad de Victoria.

Una campaña está en marcha para salvar la única piscina de la Universidad de Victoria. Los usuarios de la piscina McKinnon de la UVic se sorprendieron el mes pasado cuando la universidad anunció repentinamente que la instalación de 50 años se cerraría de forma permanente en septiembre.

La noticia de que la piscina cerraría sus puertas ha generado un gran revuelo entre la comunidad universitaria y los ciudadanos de Victoria. La piscina McKinnon es el único espacio acuático de la Universidad de Victoria, y su cierre tendría un impacto significativo en los estudiantes, profesores y residentes que la utilizan regularmente.

Ante esta situación, un grupo de defensores de la piscina ha iniciado una campaña para salvar el centro acuático. La campaña busca recaudar fondos, concienciar a la comunidad sobre la importancia de la piscina y presionar a la universidad para que reconsidere su decisión de cerrar la instalación.

La piscina McKinnon ha sido un lugar emblemático en la Universidad de Victoria durante décadas. Inaugurada en 1971, la piscina ha servido como espacio de recreación, entrenamiento y terapia para estudiantes, atletas y miembros de la comunidad.

La decisión de cerrar la piscina McKinnon ha generado preocupación entre los usuarios habituales, muchos de los cuales dependen de la instalación para mantenerse activos y saludables. Además, el cierre de la piscina también afectaría a los programas deportivos de la universidad y a las iniciativas de bienestar para estudiantes y personal.

La campaña para salvar la piscina McKinnon ha logrado reunir un amplio apoyo de la comunidad. A través de eventos, redes sociales y actividades de sensibilización, los defensores de la piscina están trabajando arduamente para mantener abierta esta importante instalación.

En un momento en el que la salud y el bienestar son más importantes que nunca, la pérdida de la piscina McKinnon sería devastadora para la comunidad de la Universidad de Victoria. La campaña para salvar la piscina está en pleno apogeo, con la esperanza de que la presión popular pueda influir en la decisión de la universidad y garantizar que la piscina McKinnon continúe siendo un recurso vital para todos aquellos que la utilizan.