El cortisol, esa hormona vital que se libera en respuesta al estrés, es fundamental para nuestra supervivencia. Sin embargo, cuando se mantiene elevado de manera crónica, puede tener efectos negativos tanto para la salud como para nuestra apariencia física. La Dra. Aurelia Villar Bonet, endocrinóloga y miembro de Top Doctors, nos advierte sobre cómo el cortisol puede impactar nuestra belleza, desde la piel hasta el cabello, e incluso provocar la acumulación de grasa corporal. Reducir los niveles de esta hormona puede ser el mejor y más natural tratamiento de belleza. Pero, ¿cómo afecta el cortisol alto a nuestro cuerpo?
El cortisol se libera como una respuesta al estrés, activando el mecanismo de lucha o huida. En pequeñas dosis, esta hormona ayuda a regular el metabolismo, el azúcar en sangre y la presión arterial. Sin embargo, cuando los niveles de cortisol se mantienen altos debido al estrés crónico, los efectos negativos comienzan a ser evidentes. En particular, afecta la piel de manera significativa, provocando un envejecimiento prematuro.
La Dra. Villar Bonet explica que el cortisol reduce la síntesis de colágeno, lo que debilita la estructura de la piel y provoca arrugas, líneas finas y una piel más delgada y frágil. Además, aumenta la descomposición del colágeno existente, acelerando aún más el envejecimiento de la piel. Esto lleva a una piel más flácida y envejecida, con una capacidad reducida para repararse a sí misma.
Además de estos efectos en la piel, el cortisol también afecta el cabello y las uñas. Al reducir el flujo sanguíneo a los folículos pilosos, el cortisol debilita el cabello y contribuye a su caída. Las uñas también se vuelven más frágiles y quebradizas debido a la falta de nutrientes esenciales.
En cuanto a la grasa corporal, el cortisol elevado puede provocar una redistribución de la grasa, especialmente en el abdomen y la cara. Esta acumulación de grasa puede dificultar la pérdida de peso y afectar la salud cardiovascular. Además, el cortisol favorece la retención de líquidos y ralentiza el metabolismo, lo que dificulta la quema de calorías y la pérdida de peso.
Pero, ¿cómo podemos reducir los niveles de cortisol? La Dra. Villar Bonet recomienda adoptar ciertas estrategias diarias, como dormir lo suficiente, establecer una rutina de sueño regular, practicar técnicas de relajación como la meditación y la respiración profunda, y realizar ejercicio moderado. Además, una alimentación equilibrada, rica en antioxidantes, grasas saludables, magnesio, omega-3 y probióticos, puede ayudar a regular los niveles de cortisol.
En resumen, el cortisol puede afectar nuestra belleza de diversas formas, desde la piel y el cabello hasta la distribución de la grasa corporal. Reducir los niveles de esta hormona a través de hábitos saludables y una alimentación adecuada puede ser clave para mantener una apariencia física saludable y juvenil.
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