En la historia del café, la búsqueda de la primera persona en disfrutar de esta popular bebida es un enigma que despierta curiosidad. Aunque las leyendas y mitos abundan, la realidad detrás de quién fue el pionero en saborear el café es más compleja de lo que parece.
El café tiene sus raíces en Yemen y Etiopía, dos regiones que han sido consideradas como cunas de esta preciada bebida. Mientras que Yemen ha sido reconocido como el lugar donde el café se convirtió en alimento y bebida popular, se dice que fue introducido mediante el comercio a través de Etiopía.
Una de las leyendas más conocidas sobre el descubrimiento del café involucra a un pastor etíope en las laderas de Kaffa, quien observó que sus cabras estaban más activas después de ingerir unas bayas extrañas. Al probar las bayas él mismo, experimentó una sensación revitalizante, lo que llevó a la popularización del café como una bebida estimulante en el siglo IX.
A lo largo de los siglos, el café se extendió por el mundo árabe y finalmente llegó a Europa, gracias a los comerciantes venecianos que lo introdujeron en el siglo XVI. La primera cafetería europea se estableció en el siglo XVII, marcando el inicio de la expansión del café en todo el continente.
En esta travesía del café por el mundo, España tuvo un papel relevante, siendo el misionero Pedro Páez el primer español conocido por disfrutar de esta aromática bebida en 1596. A pesar de la tardía introducción del café en España, su llegada marcó el inicio de una larga tradición cafetera en el país.
Aunque la identificación de la primera persona en tomar café sigue siendo un misterio casi imposible de resolver de manera definitiva, conocer la historia de figuras como Pedro Páez nos permite vislumbrar los inicios de una pasión global por esta deliciosa y estimulante bebida.
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