La inteligencia artificial de Google simula Doom sin motor de juego.

Investigadores de Google han logrado un avance significativo en inteligencia artificial al desarrollar una red neuronal capaz de generar jugabilidad en tiempo real para el clásico shooter Doom, sin utilizar un motor de juego tradicional. Este sistema, llamado GameNGen, representa un paso importante en el campo de la IA, ya que produce una jugabilidad jugable a 20 cuadros por segundo en un solo chip, con cada fotograma predicho por un modelo de difusión.

Este logro marca la primera vez que una IA ha simulado completamente un videojuego complejo con gráficos de alta calidad e interactividad. Funcionando en una sola Unidad de Procesamiento Tensorial (TPU) de Google, el chip acelerador de IA construido a medida, GameNGen maneja los entornos tridimensionales intrincados y la acción rápida de Doom con una eficiencia notable, todo sin los componentes habituales de un motor de juego.

Doom ha sido durante mucho tiempo un referente tecnológico desde su lanzamiento en 1993, adaptado a una sorprendente variedad de plataformas, desde microondas hasta cámaras digitales. Sin embargo, GameNGen trasciende estas adaptaciones anteriores. A diferencia de los motores de juego tradicionales que dependen de un software codificado minuciosamente para gestionar los estados del juego y renderizar los gráficos, GameNGen simula autónomamente todo el entorno del juego utilizando un modelo de difusión generativa impulsado por IA.

El paso de los motores de juego tradicionales a sistemas impulsados por IA como GameNGen podría transformar la industria del gaming global de 200 mil millones de dólares. Al eliminar la necesidad de lógica de juego programada manualmente, los motores impulsados por IA tienen el potencial de reducir significativamente tanto el tiempo de desarrollo como los costos. Este cambio tecnológico podría democratizar la creación de juegos, permitiendo a estudios más pequeños e incluso a creadores individuales producir experiencias complejas e interactivas que antes eran inimaginables.