Una mujer estadounidense acusada de matar a dos de sus hijos lucha contra la extradición
En una corte de Londres, se revelaron detalles desgarradores sobre el caso de una mujer estadounidense acusada de matar a sus dos hijos menores en Colorado en diciembre pasado. La mujer, identificada como Kimberlee Singler, le habría dicho a su hija de 11 años, quien sobrevivió al ataque, que Dios la obligó a cometer los crímenes, según declaró el fiscal Joel Smith.
La pequeña suplicó por su vida después de ser apuñalada por Singler, quien a pesar de las súplicas de la niña, la hirió nuevamente. Estos detalles espeluznantes salieron a la luz mientras Singler se niega a ser extraditada a los Estados Unidos, donde enfrenta cargos por los asesinatos.
La acusada niega haber atacado a sus hijos y está preocupada de que la declaración de su hija a la policía haya sido forzada, según su abogado defensor, Edward Fitzgerald. Se argumenta que Singler no debe ser extraditada desde el Reino Unido debido a que, si es condenada por asesinato en primer grado en Colorado, enfrentaría cadena perpetua, lo cual violaría la ley europea de derechos humanos.
En el caso también se han presentado cargos adicionales contra Singler por herir a su hija mayor, además de los asesinatos de su hija de 9 años y su hijo de 7 años. Fitzgerald, conocido por haber representado al fundador de Wikileaks, Julian Assange, en su lucha contra la extradición, argumenta que la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional sería inhumana.
Durante la audiencia, se mencionó que el exgobernador de Colorado, John Hickenlooper, conmutó las sentencias de primer grado de seis hombres en 2018, lo que plantea dudas sobre la situación de Singler. El debate legal continuará el 2 de diciembre para confirmar esta información.
La defensa de Singler argumenta que la mujer se encontraba en medio de una batalla legal con su exesposo por la custodia de los niños, y que el crimen ocurrió justo después de que se le ordenara entregarlos. Los hechos ocurrieron en diciembre pasado, cuando Singler llamó a la policía de Colorado Springs tras descubrir a sus dos hijos menores muertos en su apartamento.
La hija sobreviviente inicialmente señaló a un extraño como el responsable del ataque, pero más tarde confesó que su madre le había pedido mentir a la policía. Singler les habría dado a beber leche con medicamento en polvo a los niños, alegando que Dios así se lo había ordenado.
Los análisis de ADN encontraron restos de sangre de los niños y de Singler en las armas utilizadas, mientras que se halló una botella vacía de pastillas para dormir en la casa. Tras cambiar su testimonio, Singler huyó del país y fue arrestada en Londres días después. El caso sigue en desarrollo mientras se discute la extradición de Singler a los Estados Unidos.
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