Un magnate alcanza espacio inexplorado, señalando desafíos para la humanidad.

El reciente amanecer de Polaris ha marcado un hito en la historia del turismo espacial, con la exitosa misión de SpaceX financiada por el empresario estadounidense Jared Isaacman. Esta hazaña ha superado logros hasta ahora reservados para grandes agencias espaciales, destacando la capacidad de una empresa privada de llevar a clientes millonarios más allá de lo imaginable.

Dos días antes de que comenzara la misión Polaris Dawn, la nave espacial Crew Dragon de SpaceX, llamada «Resilience», alcanzó alturas sin precedentes para un vuelo tripulado desde las misiones lunares Apolo hace décadas, abriendo así la puerta a lo que vendría a continuación.

Durante el tercer día de vuelo, Jared Isaacman se convirtió en el primer civil en realizar una caminata espacial hacia el espacio exterior, seguido por Sara Gillis, un ingeniero de SpaceX. Esta histórica hazaña involucró a los cuatro miembros de la tripulación de Polaris Dawn, quienes debieron descomprimir por completo la cabina antes de lograr este increíble logro.

El ascenso de Isaacman y Gillis a las alturas nunca antes exploradas por la humanidad, a más de 700 kilómetros sobre Australia, fue transmitido en vivo y marcó un éxito sin precedentes para la industria aeroespacial privada. Además, este evento se considera un punto de inflexión en la industria del turismo espacial.

SpaceX dedicó dos años al desarrollo de Polaris Dawn, centrándose en la creación de un nuevo traje EVA para la tripulación. Los trajes presurizados fueron fundamentales para la seguridad y éxito de la breve caminata espacial, proporcionando a los miembros de la tripulación el oxígeno necesario y sometiéndolos a rigurosas pruebas.

Además, los cuatro miembros de la tripulación estuvieron conectados al barco a través de un cable umbilical que controlaba la temperatura y suministraba oxígeno, demostrando la meticulosa preparación y planificación detrás de cada paso de esta misión revolucionaria.

Este hito representa un avance significativo en la industria espacial comercial, abriendo las puertas a un futuro de turismo y exploración en la órbita terrestre baja. Con el respaldo de la NASA y el compromiso de crear una economía espacial próspera en los Estados Unidos, se vislumbra un horizonte de oportunidades tanto turísticas como empresariales.

El futuro de la órbita terrestre baja incluye planes para viajes a la Estación Espacial Internacional en los próximos cinco años, así como la creación de estaciones espaciales privadas que ofrecerán servicios a diversas industrias. Los millonarios seguirán liderando la exploración espacial, con la mirada puesta en la Luna y en un futuro en Marte.

En resumen, el amanecer de Polaris marca un nuevo capítulo en la historia del turismo espacial, con un claro mensaje de que el espacio no solo está reservado para agencias gubernamentales, sino que también se está abriendo a nuevas y emocionantes oportunidades para aquellos dispuestos a aventurarse más allá de nuestra atmósfera.