El Departamento de Estado de EE. UU. ha rechazado las afirmaciones de la participación de la CIA en un supuesto complot para asesinar al líder de Venezuela, Nicolás Maduro, después de que las autoridades venezolanas dijeran haber arrestado a seis extranjeros, incluido un SEAL de la Marina de EE. UU.
Estas afirmaciones fueron descritas como «categóricamente falsas» por parte del Departamento de Estado, que añadió en un comunicado que Estados Unidos «continúa apoyando una solución democrática a la crisis política en Venezuela».
Estos comentarios llegan después de que Venezuela anunciara el arresto de los seis individuos por un supuesto complot para «desestabilizar» el país, que se encuentra en crisis desde las elecciones disputadas a principios de este año.
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, afirmó que el presunto complot estaba liderado por la CIA y tenía como objetivo asesinar a Maduro.
Estas acusaciones se producen en un contexto en el que la oposición venezolana, varios líderes latinoamericanos y Estados Unidos se niegan a reconocer la victoria electoral disputada de Maduro, que ha sido seguida por protestas mortales durante las cuales miles de personas fueron arrestadas.
Cabello identificó al supuesto Navy SEAL como Wilbert Castañeda en una rueda de prensa y aseguró que era el líder de la operación. Además, el ministro nombró a otros dos estadounidenses detenidos: David Estrella y Aaron Barrett Logan.
CNN informó anteriormente este mes que Castañeda fue arrestado en Caracas en agosto. En ese momento, las autoridades estadounidenses afirmaron que era un marinero que había viajado a Venezuela.
Además de los estadounidenses, se informó que dos ciudadanos españoles, José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, y un ciudadano checo, Jan Darmovzal, fueron arrestados. Las autoridades venezolanas también incautaron 400 rifles estadounidenses vinculados al supuesto complot, según Cabello.
El Departamento de Estado confirmó el arresto de un miembro de las fuerzas armadas estadounidenses en Venezuela el sábado y que estaban «al tanto de informes no confirmados de otros dos ciudadanos estadounidenses detenidos» en el país.
Una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores de España le dijo a Reuters que estaban solicitando más información a Venezuela.
Mientras tanto, la crisis política en Venezuela continúa sin tregua después de las elecciones presidenciales de julio, donde Maduro se proclamó vencedor a pesar del escepticismo global sobre los resultados y el reclamo de fraude por parte del movimiento de oposición del país.
La coalición que respalda al líder opositor Edmundo González insiste en que la votación fue robada, publicando hojas de recuento de votos en línea que, según los expertos, indican que Maduro en realidad perdió la presidencia por un margen significativo.
Estados Unidos ha reconocido a González como el candidato que recibió la mayoría de los votos en esa elección, pero aún no lo ha reconocido formalmente como presidente electo de Venezuela.
La semana pasada, González huyó a España después de que se emitiera una orden de arresto en su contra por terrorismo, conspiración y otros delitos.
En una medida adicional, Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios venezolanos alineados con Maduro por presuntamente obstaculizar la elección.
Por otro lado, el gobierno de Maduro ha intensificado la represión contra la disidencia dentro del país, según Human Rights Watch. Las protestas han sido duramente reprimidas, con un saldo de 2.400 detenidos y muchos más huyendo del país.
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