Redacción - El Semanal
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, insta a las Naciones Unidas a buscar consenso y contrarrestar la creciente polarización política a nivel mundial, al mismo tiempo que critica el discurso conservador en su país.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Joly puso los derechos de las mujeres y el derecho internacional en el centro de su intervención, marcando lo que podría ser el último discurso del gobierno de Trudeau en la reunión anual de líderes y ministros en Nueva York. «Algunas de las voces más fuertes que dicen hablar en nombre de la libertad son las que intentan redefinir esa palabra para sus propios fines», afirmó la ministra, haciendo eco del lenguaje del líder conservador Pierre Poilievre sin nombrarlo específicamente.
La ministra señaló a líderes que buscan restringir los derechos LGBTQ+, las elecciones reproductivas «o incluso lo que pueden vestir», aunque no especificó restricciones sobre símbolos religiosos en Quebec o Francia. «Lo vemos en nuestro país; lo vemos en todo el mundo», mencionó Joly, antes de abordar una serie de conflictos que, según ella, solo pueden resolverse si los países cumplen con las normas de soberanía y derechos humanos.
Destacó la importancia de desafiar las reglas «inhumanas» de los talibanes contra las mujeres y niñas en Afganistán, así como el apoyo a Haití para poner fin a la situación catastrófica del dominio de pandillas. En Oriente Medio, mencionó la necesidad de que ambas partes hagan esfuerzos reales para poner fin a la guerra entre Israel y Hamas. Subrayó la importancia de la ONU para buscar consensos y superar profundas diferencias.
Joly enfatizó que la polarización y la división son problemas reales, y que hay una responsabilidad colectiva de unir a las personas. Hizo referencia a la invasión de Ucrania por parte de Rusia como un intento de Moscú de tergiversar el concepto de libertad para justificar el socavamiento del derecho internacional. Además, mencionó el apoyo de Canadá a los esfuerzos de reforma de la ONU, pidiendo que el próximo secretario general sea una mujer por primera vez en los casi ocho décadas de existencia de la organización.
El discurso de Joly coincidió con la campaña de Canadá para obtener un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y dentro de un año de unas posibles elecciones nacionales en las que los Liberales enfrentan cifras de encuestas desfavorables. Concluyó haciendo hincapié en que ha habido un retroceso en los derechos de las mujeres, incluido el acceso a abortos seguros y anticonceptivos, y expresó la necesidad de que el mundo resuelva sus problemas trabajando juntos.
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