La incertidumbre transfronteriza: cómo las tensiones políticas y arancelarias impactan en los viajes de negocios canadienses a Estados Unidos
La reciente escalada de tensiones políticas y comerciales entre Canadá y Estados Unidos, marcada por amenazas arancelarias y declaraciones polémicas, está teniendo un efecto palpable en el ámbito empresarial. Un creciente número de compañías canadienses están cancelando viajes de negocios a territorio estadounidense, reevaluando la conveniencia de participar en conferencias y eventos, y mostrando una cautela notable en sus planes de expansión transfronterizos. La preocupación, alimentada por episodios de detención de ciudadanos canadienses en la frontera y un clima de hostilidad percibida, se está traduciendo en una disminución significativa del flujo de ejecutivos y emprendedores hacia el vecino del sur.
El temor a posibles complicaciones legales o administrativas, exacerbado por recientes casos de ciudadanos canadienses detenidos al intentar ingresar a Estados Unidos, ha encendido las alarmas en el sector empresarial. Oscar Acosta, director ejecutivo de la startup Body M3canix, especializada en dispositivos de seguimiento físico para entornos extremos, relata haber suspendido sus planes de asistir a tres convenciones en Estados Unidos tras conocer el caso de Jasmine Mooney, una actriz y empresaria canadiense que permaneció detenida durante 12 días y fue prohibida de ingresar al país durante cinco años al intentar renovar su visa de trabajo. La experiencia de Mooney despertó en Acosta una preocupación legítima, especialmente dado su origen hispano y la posibilidad de ser objeto de un escrutinio más riguroso en la frontera.

Esta inquietud individual se refleja en datos macroeconómicos que indican una clara tendencia a la baja en los viajes de negocios entre ambos países. Flight Centre Travel Group Canada ha registrado una disminución de casi el 40% en los viajes aéreos de negocios entre Canadá y Estados Unidos en febrero de este año, coincidiendo con un aumento significativo de cancelaciones de reservas para conferencias y eventos. Según Chris Lynes, director general de Flight Centre, la situación alcanzó su punto álgido hace dos meses, con una oleada de cancelaciones motivadas por la “angustia” y la “ira” hacia el gobierno estadounidense. El impacto no se limita a un sector específico, afectando a empresas en los ámbitos bancario, de seguros y manufacturero.
La decisión de cancelar viajes de negocios no siempre es fácil, implicando en algunos casos la pérdida de depósitos o la imposibilidad de aprovechar oportunidades de negocio. Sin embargo, para muchas empresas, los riesgos percibidos superan los costos económicos. Algunas organizaciones, como Royal LePage, han optado por mantener sus eventos programados en Estados Unidos, a pesar de la incertidumbre, debido a compromisos financieros previos. No obstante, la compañía ha expresado su comprensión ante la decisión de algunos agentes de no asistir a estos eventos, reconociendo la legítima preocupación que existe entre sus empleados.
Más allá del impacto inmediato, la situación plantea dudas sobre el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países. La cancelación de eventos y viajes de negocios podría tener consecuencias a largo plazo, afectando la capacidad de las empresas canadienses para establecer nuevas relaciones comerciales, acceder a mercados clave y colaborar en proyectos conjuntos. Algunos expertos sugieren que los eventos futuros podrían trasladarse a destinos alternativos, como México o Europa, en busca de un entorno más favorable y predecible.
El descenso en el número de viajes de negocios se confirma con las estadísticas oficiales. Según datos de Statistics Canada, las visitas de regreso a Canadá por parte de ciudadanos estadounidenses disminuyeron un 32% en el último año, mientras que los viajes de residentes canadienses a Estados Unidos disminuyeron un 13,5%. Esta tendencia, impulsada por la incertidumbre política y las tensiones comerciales, subraya la necesidad de una solución diplomática que restaure la confianza y asegure la fluidez de las relaciones económicas entre ambos países. La cautela, ahora más que nunca, rige entre las empresas canadienses, muchas de las cuales se preguntan si los beneficios de hacer negocios en Estados Unidos superan los crecientes riesgos que implica cruzar la frontera.

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