Virus frena a Doncic Lakers, lucha en juego decisivo.

La noticia que sacude el mundo del baloncesto en la NBA tras el tercer encuentro de la serie entre Los Angeles Lakers y los Minnesota Timberwolves no es solo la victoria del equipo de Minneapolis, que los coloca con una ventaja de 2-1, sino el estado físico de una de las grandes figuras de la liga, Luka Doncic. El esloveno, fundamental en el esquema de los Lakers, disputó el partido aquejado por un problema estomacal que, según confesó el entrenador JJ Redick, lo tuvo «vomitando toda la tarde» previa al choque.

La merma en el rendimiento de Doncic fue notoria. Acostumbrado a promediar 34 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias en los dos primeros partidos de la eliminatoria, su actuación en el tercero se limitó a 17 puntos con una discreta estadística de 6 de 16 en tiros de campo, 7 rebotes y 8 asistencias, además de incurrir en 5 pérdidas de balón. Esta disminución en su impacto en el juego condicionó de manera significativa el desempeño de los Lakers.

LeBron James, quien tuvo una actuación destacada liderando a los Lakers con 38 puntos, la cifra más alta para un jugador mayor de 40 años en la historia de los playoffs de la NBA, reconoció la trascendencia del estado de Doncic. «Obviamente, con su enfermedad, impacta a nuestro equipo», afirmó James. «Entendemos lo que aporta a nuestro equipo y lo que ha hecho desde su adquisición. Definitivamente supuso un gran golpe para nuestro equipo».

Fuentes cercanas al jugador indicaron que Doncic experimentó malestar estomacal y escalofríos el día anterior al partido, lo que afectó su descanso nocturno. A pesar de asistir al entrenamiento matinal del equipo, el malestar persistió tras una siesta vespertina. Tras la derrota, Doncic recibió tratamiento por parte del personal médico de los Lakers y, a diferencia de otras ocasiones, no atendió a los medios de comunicación.

El inicio del partido evidenció las dificultades de Doncic. Después de arrancar con fuerza en los primeros cuartos de los encuentros previos, promediando 16 puntos en el parcial inicial, en esta ocasión solo pudo anotar 2 puntos con 1 de 6 en tiros, incluyendo un 0 de 3 en triples. Durante el segundo cuarto, se le observó en el banquillo con la capucha de su chaqueta de calentamiento ajustada sobre la cabeza.

Dorian Finney-Smith, compañero de Doncic en los Lakers, expresó sus dudas sobre la posibilidad de que el esloveno continuara jugando tras el descanso. «No pensé que saldría [para la] segunda mitad», comentó Finney-Smith. «Solo por cómo sonaba. Su lenguaje corporal. El aspecto que tenía. Parecía un poco pálido hoy. Probablemente necesita hidratarse más. Pero como dije, Luka es rudo». Sin embargo, Doncic se mantuvo en la cancha, aportando 9 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en la segunda mitad, a pesar de cometer tres pérdidas de balón, incluida una que aprovechó el pívot de los Wolves, Rudy Gobert, en una jugada que rememoró el triple ganador de Doncic ante él en las finales de conferencia del año anterior.

Austin Reaves, escolta de los Lakers, elogió el esfuerzo de Doncic: «Dio todo lo que tenía esta noche y jugó 39, 40 minutos, hizo todo lo que pudo para ayudarnos a ganar». Reaves, autor de 20 puntos, lamentó la oportunidad perdida: «Tuvimos una oportunidad. Era un partido de una posesión con tres minutos para el final, y sí, simplemente no pudimos lograrlo».

Además de las dificultades individuales de Doncic, los Lakers sufrieron por su incapacidad para proteger el balón, cometiendo 19 pérdidas que se tradujeron en 28 puntos para los Timberwolves. James subrayó la importancia de minimizar los errores en la postemporada: «En la postemporada, obviamente no vas a jugar un partido perfecto. Pero cuanto más cometes errores sobre errores, sobre errores, cosas que se pueden controlar, entonces no te dará la oportunidad de estar en la mejor oportunidad posible de ganar».

Con un calendario apretado, el cuarto partido de la serie se disputa tan solo dos días después. La esperanza de los Lakers y de sus aficionados reside en la pronta recuperación de Doncic. Como declaró Redick: «Con suerte, lo que sea que esté pasando, se sentirá mejor el domingo. Quiero decir, no puedo [diagnosticarlo]. No soy médico».