Gordon sella victoria Nuggets con un mate final.

En un desenlace digno de un guion cinematográfico, Aaron Gordon se erigió como héroe de los Denver Nuggets al anotar la primera canasta ganadora mediante un mate sobre la bocina en la historia de los playoffs de la NBA. Este acontecimiento, que tuvo lugar en el Intuit Dome contra Los Angeles Clippers, selló la victoria de los Nuggets por 101-99 en el cuarto partido de la primera ronda de la Conferencia Oeste, igualando la serie a 2-2.

El dramatismo del final se intensificó tras una revisión arbitral que se prolongó durante varios minutos. La jugada fue revisada exhaustivamente para verificar si el mate de Gordon se produjo antes de que el tiempo reglamentario expirara. Finalmente, los oficiales confirmaron que la décima de segundo que separó el final del partido de la ejecución del impresionante mate de Gordon fue suficiente para validar la canasta y otorgar la victoria a Denver. Según el informe oficial, la evidencia visual determinó de manera concluyente que el balón había salido de las manos de Gordon antes de que la luz roja del reloj de partido se encendiera.

Esta acción decisiva eclipsó un partido marcado por la intensidad y las alternancias en el marcador. Si bien Denver pareció encaminarse hacia una victoria holgada al acumular una ventaja de 20 puntos al inicio del último cuarto, los Clippers, liderados por una defensa agresiva y el acierto en el tiro exterior, protagonizaron una memorable remontada.

La jugada clave que desembocó en el mate ganador de Gordon tuvo su origen en un intento de tiro de Nikola Jokic. El tres veces MVP, conocido por su habilidad para resolver situaciones comprometidas, lanzó un tiro desequilibrado ante la presión defensiva de Ivica Zubac y Kawhi Leonard. Aunque el lanzamiento resultó en un «air ball», la anticipación de Gordon, habituado a los movimientos de Jokic, fue fundamental. Pese a lidiar con una persistente lesión en la pantorrilla que lo ha limitado durante la temporada y requiere sesiones de recuperación intensivas tras cada partido, Gordon logró el impulso necesario para atrapar el balón y hundirlo en la canasta justo a tiempo.

La paridad que ha caracterizado esta serie se reflejó una vez más en este partido, donde tres de los cuatro enfrentamientos se han decidido por tres puntos o menos. La actuación de Gordon en el último segundo subraya la imprevisibilidad y la emoción que definen el baloncesto de playoffs, donde la diferencia entre la victoria y la derrota puede depender de una fracción de segundo y la capacidad de un jugador para superar las limitaciones físicas en el momento crucial. El próximo partido de la serie, que se disputará el martes por la noche, promete seguir ofreciendo un espectáculo de alta tensión y competitividad entre dos equipos que luchan por avanzar en la postemporada.