Las Semifinales de Conferencia de los Playoffs de la NBA 2025 transcurren con giros inesperados y desafíos significativos para varios equipos. Lesiones de jugadores estelares han marcado el rumbo, generando incertidumbre sobre el desenlace de las series. Los Indiana Pacers lograron convertirse en el primer conjunto en alcanzar las Finales de Conferencia, mientras la atención se centra ahora en la capacidad de reacción de equipos como los Boston Celtics y Golden State Warriors, quienes enfrentan escenarios adversos.
Ambos equipos, con aspiraciones de campeonato al inicio de la postemporada, se encuentran a un paso de la eliminación, lidiando además con la baja de sus principales referentes ofensivos debido a lesiones en las extremidades inferiores.
La situación de los Boston Celtics, que defienden el título, se complica tras la intervención quirúrgica de Jayson Tatum por una lesión en el tendón de Aquiles. Aunque el equipo de Boston posee una plantilla con mayor profundidad respecto a los Warriors, como evidencian las estadísticas de rating ofensivo con y sin su estrella (un diferencial de +7.8 sin él frente a +9.8 con él en temporada regular), las lesiones han mermado al núcleo del equipo. Sam Hauser no ha participado desde el primer encuentro, mientras Jaylen Brown y Kristaps Porzingis no se encuentran en su mejor condición física. Estas limitaciones impactan negativamente en sus opciones de remontada, a pesar de un potencial techo de rendimiento más elevado en comparación con los Warriors en ausencia de su figura principal. El factor cancha en un hipotético séptimo partido favorecería a Boston.

Por su parte, las esperanzas de los Golden State Warriors residen en un posible retorno de Stephen Curry, afectado por una distensión en el isquiotibial. Sin embargo, la viabilidad de superar la desventaja de 3-1 sin él, especialmente en un crucial quinto encuentro como visitante frente a los Minnesota Timberwolves, se presenta compleja. Un regreso apresurado de Curry, cuyo estilo de juego se basa en movimientos constantes y cambios de ritmo, podría agravar la lesión y comprometer su estado a largo plazo. Sin la capacidad anotadora de Curry, la ofensiva de los Warriors decae notablemente, con un rating ofensivo de 107.0 cuando él está en el banquillo durante la fase regular (categorizado en el percentil 11 de la liga, según datos especializados) y un preocupante 101.9 en playoffs (percentil 1).
En este contexto de playoffs, se observa un inusitado incremento en el uso de defensas zonales. Durante la temporada regular, la defensa al hombre constituía el 97% de la estrategia defensiva en la liga, con solo los Miami Heat superando el 10% de uso zonal. No obstante, varios equipos en situaciones límite han recurrido a variantes zonales de manera más frecuente, elevando el porcentaje de uso zonal en esta postemporada a niveles sin precedentes desde que se tienen registros detallados (2013-14).
Un ejemplo notable es el de los Denver Nuggets. Bajo la dirección técnica interina tras la sorpresiva marcha de Michael Malone, el equipo ha incrementado significativamente el uso de la zona en su serie contra los Oklahoma City Thunder. Si bien históricamente el uso zonal de Denver era mínimo en postemporada, en esta eliminatoria ha ido en aumento, llegando a 55 posesiones con defensa zonal en el cuarto encuentro, la segunda cifra más alta registrada en playoffs. Esta estrategia ha limitado en parte la ofensiva de los Thunder, un equipo que destacó por su eficiencia anotadora en la fase regular. Los Cleveland Cavaliers también han optado por defensas zonales en momentos clave, logrando resultados favorables en el tercer partido de su serie, aunque encontraron dificultades para replicar el éxito en encuentros posteriores frente a una ofensiva fluida como la de Indiana. A pesar de la efectividad puntual de las zonas, las estadísticas de esta postemporada reflejan una mayor eficiencia defensiva al emplearlas (un rating defensivo de 106 frente a 111 en defensa al hombre en media cancha). Sin embargo, equipos con ataques élite, como los Pacers, han demostrado la capacidad de explotar las debilidades de estas formaciones, ajustando su juego para contrarrestarlas.
Individualmente, algunos jugadores están revalorizándose o viendo mermadas sus perspectivas económicas. Jonathan Kuminga, alero de Golden State, se perfila como agente libre restringido este verano. Tras un inicio de temporada con minutos limitados y resultados irregulares, la lesión de Curry le ha brindado una oportunidad que ha sabido aprovechar. Su rendimiento ofensivo ante la sólida defensa de Minnesota, promediando casi 24 puntos con alta efectividad y generando intentos desde la línea de tiros libres, le posiciona para un contrato significativo, ya sea para continuar con los Warriors o con otra franquicia interesada en su potencial.
En contraste, Ty Jerome de los Cleveland Cavaliers, quien tuvo una destacada actuación en temporada regular y la primera ronda, mostrando un excelente porcentaje en tiros de tres y siendo finalista del premio al Sexto Hombre del año, afronta un mercado de agentes libres sin restricciones con incertidumbre. Sus dificultades en la serie de segunda ronda, especialmente en ausencia de Darius Garland, con bajos porcentajes de tiro y errores defensivos cruciales, han reducido su tiempo en cancha y podrían disuadir a potenciales equipos interesados, al cuestionarse su rendimiento bajo presión.
Por último, la gestión personalizada del tiempo de juego de Alex Caruso por parte de los Oklahoma City Thunder está demostrando ser un acierto estratégico. Caruso, reconocido como uno de los defensores más valiosos de las últimas décadas según métricas avanzadas, ha sido cuidadosamente dosificado durante la temporada regular para asegurar su frescura en las eliminatorias. A pesar de un menor promedio de minutos en comparación con temporadas anteriores, su impacto en cancha ha sido excepcional. En encuentros apretados, Caruso eleva su nivel, contribuyendo en ambos extremos de la cancha y demostrando ser un factor diferencial en los momentos decisivos. Su inclusión en quintetos clave, incluso experimentales, ha generado resultados positivos, tal como evidencian las estadísticas de rating neto del equipo cuando él está en cancha, que se encuentran entre las más altas de la postemporada. Este enfoque de «gestión de carga» individualizada para un jugador de sus características físicas y estilo de juego, sumado a su demostrada capacidad en situaciones de alta presión, sugiere que un rol aún más relevante para Caruso podría beneficiar a los Thunder en su camino por los playoffs.

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