in

Celtics triunfan sobre Knicks sin Tatum, actitud sin excusas.

El inesperado y doloroso contratiempo en la serie de los Celtics frente a los Knicks, la grave lesión de Jayson Tatum, ha forzado al equipo de Boston a replantear su estrategia y a encontrar respuestas en el colectivo. Lo que en un principio parecía un golpe de gracia, una amenaza para su continuidad en los playoffs, se ha convertido, al menos en el quinto partido, en un impulso para redefinir su identidad y demostrar una resiliencia admirable.

La noticia del desgarro en el tendón de Aquiles derecho de Tatum, confirmada tras el cuarto encuentro, cayó como un jarro de agua fría en el seno del equipo. Jugadores y cuerpo técnico eran conscientes de la magnitud de la pérdida. Sin embargo, lejos de la resignación, la reacción fue la de un grupo que se niega a claudicar. «El aire se fue de la sala al escuchar la noticia», confesó Jaylen Brown, otra de las estrellas del equipo. «No queríamos salir así. No queríamos poner excusas. No queríamos salir y rendirnos o simplemente convertir la temporada en lo que probablemente esperarían todos los demás».

La respuesta del equipo, liderada por el entrenador Joe Mazzulla, Brown y el veterano Al Horford, fue un mensaje que combinaba la empatía hacia su compañero lesionado con un enfoque estratégico renovado. Sabían que, sin el motor ofensivo que representa Tatum, debían intensificar su esfuerzo en el otro lado de la cancha: la defensa. Y esa fue precisamente la clave en el quinto partido.

Los Celtics ofrecieron su mejor actuación defensiva de la serie, ahogando a los Knicks en una victoria por 127-102 que reduce la ventaja neoyorquina a 3-2 y fuerza un sexto partido en Nueva York. «Simplemente nos dijimos a los chicos, y a nosotros mismos: ‘Salgamos con la mente abierta'», dijo Brown. «Simplemente salgamos, juguemos al baloncesto… y defendamos a saco».

El impacto de esta mentalidad defensiva se tradujo en datos concretos. Los Knicks solo lograron un 36% de acierto en tiros de campo y anotaron apenas 26 puntos en la pintura, la cifra más baja en esa zona para ellos en toda la temporada y la menor permitida por los Celtics en el curso.

Una decisión estratégica de Mazzulla, forzada por las circunstancias, también resultó crucial. Kristaps Porzingis, quien venía lidiando con problemas respiratorios, inició el partido como titular. Sin embargo, una primera mitad inefectiva, en la que no anotó, capturó un solo rebote y mostró evidentes dificultades defensivas, llevó al entrenador a optar por Luke Kornet en la segunda mitad. «Quiero decir, [Porzingis] no podía respirar», explicó Mazzulla. «Estaba disponible si era absolutamente necesario. Así que [ir al banquillo] fue una decisión entre él y yo».

El partido estaba empatado al descanso, pero la entrada de Kornet cambió por completo el ritmo. El pívot de 2,13 metros estuvo omnipresente en defensa, jugando todo el tercer cuarto, que resultó determinante. Terminó ese parcial con cinco tapones y cinco rebotes, alterando numerosos intentos de los Knicks, que fallaron los cinco tiros que intentaron en la pintura en ese período. Los Celtics, entretanto, lograron una ventaja de 15 puntos.

A pesar del dominio interior que los Knicks habían mostrado en la serie, en gran parte gracias a la energía y fuerza de Mitchell Robinson, la actividad de Kornet y su capacidad para desafiar tiros de manera más efectiva que Porzingis, mitigaron el impacto del pívot neoyorquino y redujeron sus minutos en cancha. Kornet terminó con 10 puntos, 9 rebotes y 7 tapones, con un diferencial de +20 puntos para Boston en los 26 minutos que estuvo en la cancha. Los Celtics sumaron 12 tapones como equipo, un testimonio de su mejora defensiva.

Individualmente, Jaylen Brown y Derrick White también intensificaron su esfuerzo para contener a la estrella de los Knicks, Jalen Brunson. A pesar de sus 22 puntos, Brunson solo anotó 7 de 17 tiros y fue eliminado por faltas a mediados del último cuarto. Brown, atacando a Brunson en defensa, contribuyó a que incurriera en problemas de faltas.

En el apartado ofensivo, Brown asumió un mayor rol en la dirección del juego ante la ausencia de Tatum. Con los Celtics acertados en el tiro exterior, con 22 triples anotados de 49 intentos, igualando un récord de franquicia en postemporada, Brown registró un récord personal con 12 asistencias, además de 26 puntos y 8 rebotes. White también tuvo una noche brillante en el tiro, anotando 7 de 13 triples para sumar 34 puntos.

En general, sin la dependencia del aislamiento que caracteriza el juego de Tatum, los Celtics mostraron, por necesidad, una mayor circulación de balón y movimiento de jugadores. Y, al menos en este partido, eso descolocó a los Knicks en sus rotaciones defensivas. Boston también tuvo un alto número de visitas a la línea de tiros libres, 40 en total, con 18 de ellas en el tercer cuarto, lo que generó frustración en los jugadores de los Knicks con el arbitraje.

«El objetivo es simplemente liderar y ser yo mismo», afirmó Brown. «Siempre he predicado en equipo. He hecho lo que sea para impulsar a este equipo hacia adelante. Así que, lo que se necesite de mí, estoy emocionado de poder facilitar o cualquier rol».

¿Qué opinas?

Escrito por Redacción - El Semanal

El Semanal: Tu fuente de noticias, tendencias y entretenimiento. Conéctate con lo último en tecnología, cultura, economía y más. Historias que importan, contadas de manera dinámica y accesible. ¡Únete a nuestra comunidad!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GIPHY App Key not set. Please check settings

McIlroy conquista Augusta: ¿Qué sigue tras Masters histórico?

Kerr Afirma: Curry Sano Daría Título Warrior.