Redacción - El Semanal
La 59ª edición del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary arrancó con una mezcla de glamour, emociones y homenajes, convirtiendo la noche inaugural en un evento difícil de olvidar. Mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo de la ciudad balneario checa, el acto celebró tanto el cine como la figura de Jiří Bartoška, presidente del festival durante tres décadas y fallecido en mayo a los 78 años.
Bajo la dirección artística de Karel Och y la gestión ejecutiva de Kryštof Mucha, la ceremonia rindió tributo a Bartoška con gestos conmovedores. Marek Eben, presentador y actor checo, subrayó desde el escenario: "Dicen que nadie es irreemplazable, pero no es cierto". Una afirmación que resonó entre los asistentes, muchos de los cuales compartieron anécdotas y recuerdos del líder cultural. Treinta paneles fotográficos con imágenes en blanco y negro del expresidente se desplegaron por la ciudad, documentando momentos clave de su legado.
La película inaugural, We’ve Got to Frame It! (A Conversation With Jiří Bartoška in July 2021), dirigida por Jakub Jurásek, ofreció una mirada íntima al actor y gestor, con reflexiones personales y humor detrás de cámaras. Además, el tráiler del festival, creado por Ivan Zachariáš, incluyó un guiño emotivo: el actor Bolek Polívka compartiendo un brindis simbólico con su amigo fallecido.
El componente estelar no faltó. Los actores Peter Sarsgaard y Vicky Krieps, galardonados durante la velada, aprovecharon el escenario para hablar sobre la polarización política global, mientras el jurado del premio Crystal Globe —integrado por figuras como el productor Nicolás Celis (Roma) y la actriz sueca Tuva Novotny— brilló en la alfombra.
La coreografía de Michal y Simon Cabani, con juegos de luces y espejos al ritmo de la banda sonora de Interstellar, dio paso al concierto gratuito de La Roux. Elly Jackson, liderando el proyecto, interpretó éxitos como Bulletproof ante una multitud que bailó bajo las estrellas, a pesar de una aparente lesión durante su actuación.
El festival, que se extenderá hasta el 12 de julio, promete estrenos de cine independiente, joyas poco convencionales y una versión cinematográfica del videojuego Kingdom Come: Deliverance II. Un programa que confirma a Karlovy Vary como el epicentro cultural del verano en Europa Central.
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