- Jaime González
- BBC Mundo, Los Ángeles, @bbc_gonzalez
Enormes incendios devoran miles de hectáreas de bosques, los agricultores deben abandonar sus cultivos soportando pérdidas millonarias y las autoridades se ven obligadas a restringir el consumo de agua entre la población ante el constante descenso de las reservas hídricas.
No estamos describiendo un escenario apocalíptico que, según los científicos, en un futuro no tan lejano podría darse en muchas partes de nuestro planeta a consecuencia del cambio climático, sino de la situación que se está viviendo en estos momentos en el suroeste de Estados Unidos.
La ausencia de precipitaciones está afectando severamente desde hace tres años a estados como California, Arizona y Nuevo México, en la que es la peor sequía de la que se tiene registro en la zona desde hace más de un siglo, cuando empezaron las mediciones.
Las autoridades y los meteorólogos confían en que tras el fin del verano boreal lleguen las tan ansiadas lluvias que suelen darse en la región en los meses de otoño y, particularmente, de invierno, aunque nadie puede asegurar que ello vaya a suceder.
¿Es posible que la sequía se prolongue durante el resto de la década? ¿Y si la ausencia de precipitaciones va más allá?
Si nos atenemos a una de las últimas investigaciones científicas sobre este asunto el futuro no parece muy prometedor y la región podría vivir una situación similar a la experimentada 9 siglos atrás, sólo que ahora con una población de 50 millones de habitantes que mantener.
La megasequía
Expertos de la Universidad de Cornell, la Universidad de Arizona y el Instituto Geológico de EE.UU., publicaron hace unos días un estudio que señala que las posibilidades de que una sequía que dure al menos una década afecte al suroeste de EE.UU. han aumentado entre un 50% y un 80% a consecuencia del cambio climático.
Los científicos van más allá y aseguran que la probabilidad de que en la región se registre una «megasequía» que se extienda durante un periodo de más de 30 años ha aumentado entre un 20% y un 50%.
«Un megasequía es aquella que se prolonga en el tiempo durante más de tres décadas. Tiene que ver con su duración y no tanto con su severidad», le explica a BBC Mundo Toby Ault, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Cornell, quien encabezó el estudio arriba mencionado.
«Un megasequía no implica que deje de llover por completo. Implica una reducción significativa de las precipitaciones durante un largo periodo de tiempo», señala el experto.
Según Ault, por los datos paleoclimáticos que se tienen de la región -como los anillos de los árboles o los sedimentos de los lagos- se sabe que «en el pasado ha habido megasequías que han durado tres décadas o incluso más».
El investigador de la Universidad Cornell apunta que ahora han llegado a la conclusión de que, con el cambio climático y el aumento de la temperatura global, «la posibilidad de que se den estas megasequías se ha incrementado muchísimo».
«Sequías con una duración de una década como la que causó las famosas tormentas de arena del «Dust Bowl» (cuenco de polvo) de la década de 1930 suelen suceder una o dos veces por siglo de media en el suroeste de EE.UU.».
«En cambio, las megasequías se dan una o dos veces por milenio», señala Ault, quien explica que la última de la que se tiene registro sucedió alrededor de, año 1150, hace cerca de nueve siglos.
Las megasequías no son nada nuevo, han existido desde hace milenios. Lo que es nuevo es el actual cambio climático, que es el que está haciendo que aumente el riesgo de que ocurran.
Según Ault, científicos como Park Williams, de la Universidad Columbia, en Nueva York, creen que el oeste de EE.UU. ya ha estado viviendo una «megasequía» en los últimos 15 años.
Según aseguró Williams en un reciente artículo en el diario USA Today, nunca desde 1150 una zona tan amplia del oeste del país había registrado un descenso de las precipitaciones como el actual durante tres lustros.
Lecciones de futuro
Lo que les preocupa a los científicos es cómo podrá hacer frente a una sequía que se prolongue 30 años o más una región cuya población se ha multiplicado en las últimas décadas y que no deja de crecer.
Para Toby Ault, la actual falta de precipitaciones el lugares como California puede ser un anticipo de lo que está por venir y es por eso las autoridades y la población deberían tomar nota.
«Hay que pensar en cómo se va a utilizar el agua durante periodos de sequía que pueden prolongarse durante décadas».
Glen MacDonald, director del Instituto del Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de California en Los Ángeles, cree que lugares como California están bien preparados en cuanto a infraestructura para hacer frente a un año severo de sequía, «aunque las cosas se complican cuando la falta de lluvias se prolonga durante más tiempo».
«Esta sequía subraya la necesidad de implementar políticas agresivas de conservación y administración del agua. Es una llamada de atención y creo que hemos de actuar con firmeza», asegura MacDonald en conversación con BBC Mundo.
«Nos hemos acostumbrado a sequías que duran entre 3 y 5 años, y siempre asumimos que las cosas mejorarán, pero hay modelos meteorológicos que indican que la falta de lluvias podría durar más de lo que pensamos», apunta el experto.
«Hemos de prepararnos para el peor de los escenario. Hemos de empezar a pensar en el largo plazo. ¿Qué sucedería si resulta que estamos entrando un nuevo período climático seco? Creo que se van a tener que tomar decisiones importantes».
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