A partir del hallazgo de un fósil gigante en el desierto del Sahara, un grupo internacional de científicos ha descubierto que el Spinosaurus aegyptiacus, el mayor depredador del Cretácico, era capaz de nadar. Según un estudio publicado en la revista Science, este carnívoro, incluso más grande que el Tyrannosaurus Rex, presentaba adaptaciones únicas que le permitían desenvolverse tanto en tierra como en el agua.
El líder del equipo de científicos, el paleontólogo Nizar Ibrahim de la Universidad de Chicago, describió al Spinosaurus como el primer dinosaurio capaz de vivir y cazar en el agua, gracias a sus extremidades relativamente pequeñas y a su mandíbula alargada. Además, este depredador podía retraer sus fosas nasales para respirar semisumergido y contaba con patas planas posiblemente palmeadas que le permitían propulsarse en el agua.
El Spinosaurus fue descubierto en Egipto a principios del siglo pasado, pero los estudios sobre este dinosaurio se vieron interrumpidos por un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en 2008 se encontraron más fósiles en Marruecos que han permitido profundizar en el conocimiento de esta especie fascinante.
Este hallazgo ha revolucionado nuestra comprensión de la vida prehistórica y nos muestra la increíble diversidad y adaptabilidad que existieron en el pasado. El Spinosaurus, con su habilidad para nadar, nos lleva a replantearnos cómo eran realmente los ecosistemas del Cretácico y cómo evolucionaron los dinosaurios a lo largo de millones de años. Sin duda, este descubrimiento marcará un antes y un después en la paleontología y en nuestra visión de la vida en la Tierra en tiempos remotos. Sin duda, el Spinosaurus sigue conquistando nuestros corazones con su majestuosidad y sus fascinantes adaptaciones para sobrevivir en un mundo antiguo y desconocido.
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