La implementación de la inteligencia artificial en el sector jurídico ha demostrado ser una revolución en el campo legal, con un potencial significativo para mejorar las funciones jurídicas en beneficio de la sociedad en general. En un reciente diálogo entre El Economista y KPMG, se destacó la importancia de esta tecnología como aliada en la evolución jurídica.
Noemí Brito, socia responsable de LOTS, IP y nuevas tecnologías de KPMG, junto con Pablo Blanco, director general de Asuntos Jurídicos y secretario del Consejo de Repsol, resaltaron el valor de la inteligencia artificial en el trabajo del sector jurídico. Desde la perspectiva de Blanco, la IA ha transformado la forma en que se abordan los contratos legales, generando versiones más amigables y eficientes desde diferentes perspectivas.
Según Blanco, la IA ha cambiado la forma tradicional de trabajar en el ámbito jurídico, con un enfoque renovado en el análisis de riesgos y la resolución de problemas. Por su parte, Brito enfatizó la importancia de comprender qué es la inteligencia artificial y cómo aplicarla de manera efectiva en las organizaciones, evitando quedarse corto en términos de objetivos y recursos.
La reciente aprobación por parte del Parlamento Europeo de la Propuesta de Reglamento de Inteligencia Artificial busca establecer un marco regulatorio para el desarrollo ético y legal de la IA en Europa. Este marco incluye estándares de transparencia y gestión de riesgos, con el objetivo de garantizar un uso responsable y seguro de los sistemas de IA, protegiendo los derechos y la privacidad de las personas.
La ley propuesta también establece una clasificación de riesgos para los sistemas de IA, lo que requiere que las empresas se adapten a las regulaciones para garantizar un uso adecuado de esta tecnología. El período de adaptación será crucial para asegurar que las organizaciones cumplan con los nuevos estándares y practicas en el ámbito jurídico.
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