En el estudio y análisis de los disruptores endocrinos, Marta Massip, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud y directora del diploma de experto de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), alerta sobre la presencia de sustancias químicas exógenas, conocidas como disruptores endocrinos (EDC), en productos de consumo diario. Estas sustancias tienen la capacidad de actuar como hormonas y pueden interferir en procesos hormonales, generando desequilibrios que desencadenan daños en el sistema reproductor, inmunitario, neurológico, metabólico e incluso cáncer.
La acumulación de estos disruptores en el tejido adiposo afecta especialmente a las mujeres, quienes por sus características hormonales y mayor presencia de tejido adiposo en el cuerpo, son más vulnerables a la exposición a los EDC. Además, la exposición a estos tóxicos puede tener efectos adversos en la salud reproductiva y física de las mujeres, incluyendo la disminución de la reserva ovárica, fertilidad, irregularidades menstruales y el adelanto de la menopausia.
Los disruptores endocrinos se encuentran principalmente en productos alimenticios, como pesticidas presente en la piel de frutas y verduras, metales pesados en pescados grasos como el atún, y ftalatos, bisfenol A (BPA) y compuestos fluorados en recipientes y utensilios de cocina. La exposición a estos tóxicos puede tener como consecuencia patologías como la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico, cáncer de mama, problemas durante el embarazo, y síndrome metabólico, entre otros.
Para minimizar la exposición a los EDC, Marta Massip recomienda adoptar ciertas medidas, como sustituir recipientes de plástico por vidrio, no calentar alimentos en envases de plástico, utilizar sartenes de acero inoxidable, reducir la ingesta de alimentos procesados, optar por alimentos frescos y con certificación ecológica, y elegir pescado de tamaño pequeño para evitar la acumulación de contaminantes.
Además, es crucial mantener un peso adecuado y estable, ya que algunos EDC se acumulan en el tejido adiposo y los cambios recurrentes de peso pueden movilizar estos tóxicos. Es importante tener en cuenta que los EDC también se encuentran presentes en la cosmética y en algunos juguetes, por lo que es fundamental estar informados y tomar decisiones conscientes en el consumo diario para reducir la exposición a estos disruptores endocrinos.
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