Alien: Reseña de Romulus retoma sus raíces pero sigue fiel a la franquicia.

La última vez que vimos a Cailee Spaeny, interpretó a la esposa de uno de los músicos más famosos del planeta como el personaje principal en «Priscilla».

En su nueva película, «Alien: Romulus», una «interpelícula» independiente ambientada entre los eventos de «Alien» y «Aliens», cambia la mansión de Elvis Graceland de su exesposo por otro lugar extraño y de otro mundo: el espacio exterior.

En esta séptima entrega de la franquicia «Alien», Spaeny interpreta a Rain Carradine, una nueva Ellen Ripley, y forma parte de un grupo de saqueadores espaciales que huyen de su planeta natal, un agujero infernal distópico dirigido por una empresa cuyo irónico lema reza: «Construyendo un Mundo Mejor».

«La empresa no nos va a dar nada», dice Bjorn (Spike Fearn), «tenemos que tomarlo».

Para evitar trabajar en las minas de la empresa, un pequeño grupo, incluida Rain, su modelo sintético «hermano» Andy (David Jonsson de «Industry»), su exnovio Tyler (Archie Renaux), los trabajadores de la mina Bjorn y Kay (Isabela Merced), junto con la piloto Navarro (Aileen Wu), se embarcan en la búsqueda de piezas de una estación espacial desmantelada.

Pero en lugar de cápsulas espaciales y piezas de repuesto, descubren la forma de vida más aterradora del universo, el Xenomorfo.

«Alien: Romulus» es una película de terror ambientada en el espacio que vuelve a lo básico y rinde homenaje a las dos primeras películas de la franquicia. La primera parte se centra en la atmósfera y la construcción del mundo, recordando la sensación de temor gradual que definía la película original. A partir del minuto 45, con la primera aparición del Abrazacaras, el director Fede Álvarez aumenta la acción y las apuestas, ofreciendo la intensidad frenética de «Aliens» de James Cameron.

El resultado es una película que encuentra una manera de utilizar nuestra nostalgia por las películas originales como trampolín para algunas ideas nuevas. Álvarez, junto con el co-guionista Rodo Sayagues, lleva la historia a un acto final salvaje que se mantiene fiel a la franquicia, pero combina ciencia ficción y horror corporal de una manera inolvidable y escalofriante.

En su séptima entrega, y sumando dos películas de cruces con «Depredador», nada superará la escena original de la explosión del pecho por su impacto y asombro, pero los Abrazacaras agresivos y el Xenomorfo de «Alien: Romulus» siguen siendo imágenes de horror potentes.

Son icónicos en su horrendez, gotean sangre ácida y, por si fuera poco, introducen su probóscide por la garganta de las víctimas para inseminarlas. Álvarez los utiliza de manera inquietante, mezclando las criaturas con un personaje sintético zombie, algunas imágenes de Casa de los Horrores y suficientes efectos prácticos gráficos, sangrientos y sombríos para ofrecer una emocionante montaña rusa.

«Alien: Romulus» no tiene la profundidad temática de algunas de las otras películas de la serie, pero proporciona una conexión entre las primeras dos películas de la cronología de la franquicia «Alien» que complacerá a la audiencia y emocionará.

4 de 5 estrellas.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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