Azerbaiyán suspende actos rusos tras el asesinato de dos ciudadanos en Yekaterinburg

La tensión diplomática entre Azerbaiyán y Rusia ha escalado tras la decisión del gobierno azerí de suspender todos los eventos culturales organizados por instituciones rusas, tanto estatales como privadas, en su territorio. La medida, anunciada este domingo, surge como respuesta a la muerte de dos ciudadanos azerbaiyanos durante redadas policiales en la ciudad rusa de Yekaterinburg, un incidente que ha generado indignación en Bakú.

Según fuentes oficiales, las víctimas formaban parte de la comunidad migrante azerbaiyana en Rusia, un colectivo que históricamente ha enfrentado desafíos en el país eslavo. Aunque las autoridades rusas aseguran que las detenciones se realizaron en el marco de operaciones rutinarias contra la delincuencia, las versiones que llegan desde organizaciones de derechos humanos sugieren un uso excesivo de la fuerza. El gobierno azerí calificó los hechos como «inaceptables» y exigió una investigación transparente, aunque hasta ahora Moscú no ha emitido un comunicado oficial al respecto.

La cancelación de los eventos culturales, que incluían exposiciones, conciertos y festivales programados para los próximos meses, evidencia un deterioro en las relaciones bilaterales, tradicionalmente estrechas debido a los lazos económicos y energéticos entre ambos países. Analistas políticos señalan que la medida podría tener repercusiones en otros ámbitos, como el comercio o la cooperación en materia de seguridad.

Desde la sociedad civil azerbaiyana, las reacciones no se han hecho esperar. Varias asociaciones han convocado concentraciones frente a la embajada rusa en Bakú, donde se han escuchado consignas exigiendo justicia. Mientras, en las redes sociales, la etiqueta #JusticiaParaAzerbaiyán se ha viralizado, con usuarios compartiendo testimonios de otros connacionales que aseguran haber sufrido discriminación o abusos en Rusia.

El conflicto llega en un momento delicado para la región del Cáucaso, marcada por tensiones geopolíticas persistentes. Observadores internacionales advierten que, de no mediar una solución rápida, el malestar podría extenderse a otros ámbitos de la cooperación regional. Por ahora, el silencio del Kremlin sigue siendo la nota predominante, mientras en Bakú la presión ciudadana aumenta. La pregunta que muchos se hacen es si esta crisis diplomática será pasajera o marcará un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países.