Redacción - El Semanal
Durante décadas, un hombre pasó desapercibido en los registros de récords, no por falta de mérito, sino por su humildad y discreción. Michael Ash, un matemático británico sin apellido Guinness, jugó un papel crucial en la historia de la cerveza negra irlandesa. Conocido principalmente dentro de la fábrica de Guinness, en 2015 fue nombrado archivero de la compañía, reavivando así su conexión con el mundo cervecero.
Ash, nacido en 1927, se unió a Guinness en 1951 después de graduarse en matemáticas en la Universidad de Cambridge. Su brillantez matemática y su audaz visión lo llevaron a convertirse en enólogo en menos de una década. Fue entonces cuando su genial idea marcó un antes y un después en la empresa, y en la industria cervecera en general.
El legado de Ashe se materializó en la creación de la cerveza Nitro, un concepto innovador que revolucionó la forma en que se elaboraba la cerveza en ese entonces. Al infundir nitrógeno en la cerveza, logró darle una espuma especial y una textura más rica, convirtiéndola en un referente de calidad y distinción.
La apuesta por la cerveza Nitro no fue fácil, pero Ashe lideró un equipo de ingenieros con determinación. El desafío de introducir nitrógeno en la cerveza, un gas no producido naturalmente durante la fermentación, requirió ingenio y expertise. El resultado fue un sistema de «Servir con facilidad» que revolucionó la forma en que se dispensaba la cerveza Guinness.
A pesar de las dificultades iniciales, la espuma única y la cremosidad de las stouts nitrogenadas se convirtieron en un estándar de excelencia. Gracias al trabajo pionero de Ashe, la cerveza Nitro no solo se consolidó en Guinness, sino que se extendió a cervecerías de todo el mundo, generando ganancias millonarias y una influencia global en la industria.
El legado de Michael Ash trascendió las fronteras de la fábrica de Dublin. Tras su paso por Guinness, se convirtió en director ejecutivo de Crookes Laboratories y posteriormente fundó Templeton College en la Universidad de Oxford. A pesar de su discreción, su impacto perdura en cada sorbo de cerveza Nitro disfrutado en todo el mundo.
En un mundo donde la innovación y la calidad son clave, Michael Ash se posiciona como un visionario cuyo legado perdura en cada burbuja de una pinta de Guinness Nitro. Su contribución, aunque silenciosa, ha dejado una huella imborrable en la historia de la cerveza.
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