El Ministro de Trabajo de Canadá, Steven MacKinnon, ha intervenido para poner fin a una huelga laboral que provocó el paro de los dos ferrocarriles más grandes del país el pasado jueves, forzando a las partes involucradas a someterse a arbitraje vinculante.
Anunciando esta medida desde el Parlamento, MacKinnon señaló que está invocando poderes establecidos en la Sección 107 del Código Laboral de Canadá para dirigir a la Junta de Relaciones Industriales de Canadá (CIRB) a «ayudar a las partes a resolver los términos pendientes de sus acuerdos colectivos imponiendo un arbitraje vinculante final».
Además, MacKinnon ha ordenado extender el plazo de los acuerdos colectivos actuales de las partes hasta que se firmen nuevos acuerdos, y ha solicitado que las operaciones en ambos ferrocarriles se reanuden «de inmediato».
Esta decisión ha generado reacciones diversas, con algunos mostrando alivio y otros condenando la intervención del gobierno. El sindicato Teamsters Canadá había sido bloqueado por Canadian National Railway (CN) y Canadian Pacific Kansas City (CPKC) después de meses de negociaciones fallidas, donde temas como la seguridad, los salarios y lo que el sindicato denominó un «esquema de reubicación forzosa» fueron los principales puntos de discusión.
La disputa laboral sin precedentes ha complicado las cadenas de suministro y ha afectado los desplazamientos de miles de personas en todo Canadá. A pesar de que las negociaciones continuaban, las líneas de piquete se levantaron, los manifestantes marcharon frente a las sedes de las compañías ferroviarias en Montreal y Calgary, y miles de vagones de tren cargados con diversos productos permanecieron estacionados.
El gobierno federal finalmente intervino cuando el acuerdo entre las partes seguía siendo esquivo, con el ministro MacKinnon argumentando que es necesario garantizar la paz industrial y encontrar soluciones a corto y largo plazo que beneficien al interés nacional.
Aunque aún no está claro cuándo se reanudarán las operaciones ferroviarias, se espera que sea pronto, ya que las repercusiones tanto en la vida diaria de los canadienses como en la economía no pueden subestimarse. El proceso de arbitraje ahora está en manos de la CIRB, que deberá consultar con las partes antes de tomar decisiones sobre los próximos pasos a seguir.
Tanto CN como CPKC han aceptado respetar la decisión de arbitraje, con CN poniendo fin al bloqueo y CPKC preparándose para reiniciar las operaciones ferroviarias. A pesar de las críticas de algunos sectores, el gobierno federal considera que esta intervención era necesaria para resolver una disputa que afectaba a toda la población canadiense.
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