La Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado un hito significativo en su adopción dentro de las empresas, pero un reciente experimento interno de SAP reveló una sorprendente reticencia por parte de los consultores hacia esta tecnología. El estudio, llevado a cabo con cinco equipos de consultores, tenía como objetivo validar respuestas a más de 1.000 requisitos comerciales generados por el copiloto de IA de SAP, Joule para Consultores. Esta tarea normalmente requeriría varias semanas de trabajo.
A cuatro de los equipos se les informó que las respuestas habían sido completadas por jóvenes pasantes recién egresados de la universidad. Tras revisar el material, estos equipos encontraron el trabajo impresionante y calificaron su precisión en aproximadamente un 95%.
Sin embargo, al quinto equipo se le reveló que las mismas respuestas provenían de una IA. Sorprendentemente, este equipo rechazó casi todo el contenido. Solo cuando se les pidió validar cada respuesta de forma individual, descubrieron que la IA era altamente precisa, proporcionando detalles que inicialmente habían pasado por alto. La precisión general volvió a ser de alrededor del 95%.
Guillermo B. Vazquez Mendez, arquitecto jefe de transformación empresarial y arquitectura en SAP América Inc., destacó la importancia de comunicar cuidadosamente las posibilidades de la IA y cómo integrarla en los flujos de trabajo de los consultores. El experimento ha servido como punto de partida para la iniciativa de SAP hacia el consultor del futuro, un profesional que combina habilidades humanas con el respaldo de la IA, liberándolo de tareas técnicas tediosas.
La resistencia a la IA no es sorprendente, dado que los consultores con décadas de experiencia poseen un vasto conocimiento institucional y una prudencia comprensible. Sin embargo, copilotos de IA como Joule no reemplazan la experiencia; la amplifican. Al eliminar el trabajo administrativo, permiten a los consultores centrarse en ofrecer respuestas de alta calidad en una fracción del tiempo.
Históricamente, los consultores dedicaban aproximadamente el 80% de su tiempo a comprender sistemas técnicos, mientras que los clientes se enfocaban en su negocio. La IA actúa como un puente, permitiendo a los consultores invertir más tiempo en entender los objetivos industriales y comerciales de los clientes. De esta manera, la IA asume el trabajo técnico pesado, y los consultores pueden enfocarse en impulsar resultados comerciales óptimos.
La IA también está revolucionando la forma en que los nuevos empleados se integran. Al actuar como un puente entre consultores seniors y junior, Joule permite que estos últimos trabajen de forma independiente más rápido. Mientras tanto, los consultores seniors se involucran donde su experiencia es más valiosa.
En el futuro, se espera que los copilotos de IA evolucionen más allá de responder a solicitudes y comiencen a interpretar procesos comerciales completos. Con la amplia base de conocimiento de procesos de SAP, equipada con más de 3.500 procesos comerciales mapeados, la compañía está posicionada para llevar a cabo esta evolución. Esto conducirá a sistemas de IA más autónomos capaces de resolver desafíos complejos.
En conclusión, la IA está transformando la consultoría, pero es crucial implementarla de manera que mejore, en lugar de reemplazar, la experiencia humana. Con una comunicación efectiva y una integración cuidadosa, la IA puede potenciar las capacidades de los consultores, permitiéndoles ofrecer resultados de alta calidad de manera más eficiente.



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