Redacción - El Semanal
El conflicto entre China y varios países en el ámbito tecnológico ha generado tensiones significativas, con consecuencias que van desde tarifas en productos hasta restricciones comerciales y temores de espionaje. En medio de esta disputa, surge la pregunta sobre el papel de China como potencia en tierras raras, un recurso fundamental para múltiples industrias.
A pesar de su nombre engañoso, las tierras raras no son realmente tierras ni escasas, sino un grupo de elementos y metales presentes en la corteza terrestre. Su importancia radica en su uso en la fabricación de diversas tecnologías, como motores eléctricos, semiconductores, dispositivos médicos y turbinas eólicas, entre otros. La dependencia casi total de China en la extracción y refinación de estos materiales ha generado conflictos con otros países.
Sin embargo, Japón ha dado un paso estratégico al descubrir un potencial tesoro de tierras raras en el fondo marino frente a la isla Minamitori. Investigadores japoneses han identificado una concentración significativa de estos metales en la zona, estimando recursos de hasta 230 millones de toneladas, lo que podría garantizar autoabastecimiento en cobalto y níquel durante décadas.
La extracción de estos metales del fondo marino no será tarea fácil debido a las profundidades extremas donde se encuentran, entre 5.200 y 5.700 metros. A pesar de los desafíos logísticos y ambientales que implica esta operación, Japón planea iniciar la exploración de la zona en 2025 con el objetivo de diversificar su economía y reducir su dependencia de China en este aspecto crucial.
La independencia de China en el suministro de tierras raras se ha convertido en una prioridad para Japón, que busca asegurar su seguridad económica y reducir su vulnerabilidad ante posibles disputas comerciales. Este paso estratégico no solo beneficiaría a Japón, sino que también podría tener implicaciones a nivel global, especialmente en un contexto donde la competencia por estos recursos es cada vez más intensa.
El descubrimiento de Japón en el fondo marino representa un hito significativo en la geopolítica de los recursos estratégicos, abriendo nuevas posibilidades para la diversificación de la cadena de suministro y la reducción de la dependencia de un único proveedor. A medida que otros países también buscan alternativas para asegurar su acceso a tierras raras, el escenario geopolítico mundial podría experimentar importantes cambios en los próximos años.
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