Redacción - El Semanal
La moda sostenible: una tendencia que llegó para quedarse
El mundo de la moda está experimentando un giro radical hacia prácticas más responsables con el medio ambiente, un fenómeno que ya no puede considerarse una mera tendencia pasajera. Según datos de la industria, el mercado de la moda sostenible creció un 25% en el último año, consolidándose como una prioridad para las nuevas generaciones de consumidores.
Las marcas más influyentes están replanteando sus estrategias, adoptando materiales reciclados, reduciendo el desperdicio textil y garantizando condiciones laborales éticas. Lujosas firmas y cadenas de fast fashion han comenzado a lanzar líneas eco-friendly, aunque activistas advierten que algunas iniciativas podrían quedarse en simples campañas de marketing sin un impacto real.
El segundo modelo más contaminante del mundo
No es un secreto que la industria textil es una de las más contaminantes, solo superada por la del petróleo. Cada año, se desechan millones de toneladas de prendas, muchas de las cuales terminan en vertederos o quemadas, liberando sustancias tóxicas. Ante este escenario, diseñadores y consumidores buscan alternativas como el upcycling, el alquiler de prendas o la compra de segunda mano.
En España, plataformas de moda circular han duplicado sus usuarios en los últimos meses, reflejando un cambio en los hábitos de compra. "Antes primaba la novedad; hoy, la durabilidad y el origen de las prendas son clave", explica una experta en consumo responsable.
El reto de la transparencia
A pesar de los avances, persisten desafíos. La falta de regulación clara permite que algunas empresas etiqueten sus colecciones como "sostenibles" sin cumplir estándares verificables. Organizaciones especializadas exigen una mayor trazabilidad en la cadena de suministro y normas más estrictas para evitar el greenwashing.
Mientras tanto, los consumidores juegan un papel decisivo al exigir información y optar por marcas comprometidas. La moda sostenible no es solo una opción, sino una necesidad ante la urgencia climática. Y parece que, esta vez, el cambio no es una temporada fugaz, sino el futuro de la industria.
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