El calor estival incide negativamente en el bienestar mental

Los meses de verano pueden afectar la salud mental, según afirman los expertos. La doctora Ana Isabel Sanz, psiquiatra y psicoterapeuta, explicó que la intensidad y la duración de la luz solar durante esta temporada pueden influir en nuestros ciclos circadianos, afectando aspectos como el sueño, el estado de ánimo y la vitalidad.

Además, el calor del verano puede tener un impacto significativo en nuestro estado emocional. Las altas temperaturas pueden alterar la calidad del sueño, aumentar la irritabilidad, afectar el rendimiento cognitivo y provocar cambios en la conducta. En personas con trastornos mentales, esta sensibilidad al exceso de temperatura puede ser aún más pronunciada.

La doctora Sanz advierte que las personas con trastornos psicoemocionales son más susceptibles a los efectos negativos del calor. Estudios han demostrado que el aumento de las temperaturas se correlaciona con un incremento en consultas por alteraciones de la salud mental e incluso con un aumento en los casos de suicidio.

El concepto de «estrés térmico» se refiere a las alteraciones físicas y psíquicas provocadas por temperaturas que superan el rango ideal para nuestro bienestar. En el plano psicoemocional, el exceso de calor puede afectar nuestras emociones, el rendimiento cognitivo y la conducta.

Durante el verano, las rutinas cambian y puede haber más tiempo libre, lo que puede afectar a personas con problemas de salud mental. Aquellos con trastornos que requieren un orden vital para mantener hábitos saludables pueden experimentar inestabilidad durante esta época.

Las familias y parejas también pueden enfrentar desafíos durante el verano, ya que pasar más tiempo juntos puede generar tensiones latentes. Aquellos con trastorno bipolar, problemas de ansiedad y trastornos alimentarios son especialmente vulnerables a los efectos negativos del verano en la salud mental.

Para cuidar la salud mental en verano, la doctora recomienda respetar un cierto orden en los hábitos fisiológicos básicos, ser consciente de las vulnerabilidades emocionales, evitar expectativas desmedidas de felicidad y disfrutar de un adecuado descanso. El verano puede ser un período de diversión y reencuentro, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias para preservar el bienestar emocional.