Redacción - El Semanal
El interés en torno a un posible ingreso a la política por parte de Mark Carney ha captado la atención en Ottawa en las últimas semanas. El exgobernador del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá ha mantenido conversaciones con el primer ministro Justin Trudeau sobre una potencial incursión en la política federal.
Nacido en Fort Smith, Territorios del Noroeste, y criado en Edmonton, Carney es un economista de renombre con una sólida formación académica, habiendo obtenido su título de economía en Harvard University y posteriormente títulos de maestría y doctorado en la Universidad de Oxford. Además, cuenta con una extensa trayectoria en el ámbito financiero, habiendo trabajado en instituciones como Goldman Sachs y actualmente desempeñándose como presidente de Bloomberg LP y presidente y jefe de inversión de transición en Brookfield Asset Management.
Carney es reconocido por su papel durante la crisis financiera global, donde lideró de manera destacada la política monetaria canadiense y dirigió la economía del país a través de tiempos turbulentos. Su desempeño lo llevó a convertirse en el primer extranjero en liderar el Banco de Inglaterra, posición que ocupó desde 2013 hasta 2020. Además, ha participado activamente en iniciativas ambientales como enviado especial de la ONU para la acción climática y financiación.
Aunque Carney ha manifestado su apoyo al Partido Liberal, su posible rol en el gobierno de Trudeau ha generado especulaciones. Se rumorea que podría ocupar el cargo de ministro de finanzas, actualmente ocupado por la viceprimera ministra Chrystia Freeland. Ante esto, Trudeau ha expresado su confianza en Freeland, describiéndola como una «amiga cercana y aliada».
La entrada de Carney en la arena política podría ser una estrategia para mejorar la percepción de competencia del gobierno en materia económica, según expertos en política. Sin embargo, se ha señalado que la historia política muestra que cambiar de figuras prominentes no siempre garantiza un cambio en las preferencias electorales.
Más allá de su potencial como ministro de finanzas, se ha especulado sobre la posibilidad de que Carney se convierta en líder del Partido Liberal en el futuro. Aunque ha sido objeto de críticas y ataques por parte de la oposición conservadora, su experiencia y perfil podrían situarlo como una figura relevante en el panorama político canadiense.
En un contexto de desafíos políticos y electorales para el gobierno de Trudeau, la posible incursión de Mark Carney en la política ofrece un escenario interesante que podría influir en el curso de los acontecimientos en los próximos meses.
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