El Senado avanza con el plan de Trump: recortes fiscales y polémicas sociales en el centro del debate
El Capitolio fue escenario de una noche de tensiones y negociaciones de último minuto mientras el Senado de Estados Unidos, controlado por los republicanos, aprobaba por un margen estrecho un ambicioso paquete que combina reducciones fiscales, recortes presupuestarios y un aumento en los fondos para deportaciones. La votación, que culminó con 51 votos a favor y 49 en contra, marca un paso clave en la agenda doméstica del expresidente Donald Trump, aunque expone las divisiones internas dentro del partido y genera preocupaciones sobre su impacto social.
El paquete, que busca consolidar los recortes impositivos implementados durante el mandato de Trump —originalmente con fecha de expiración a finales de este año—, promete también eliminar impuestos sobre las propinas y destinar 350.000 millones de dólares a seguridad nacional, incluyendo fondos para medidas migratorias más estrictas. Sin embargo, la contrapartida ha sido duramente cuestionada: recortes a programas sociales como Medicaid y ayudas alimentarias, que según análisis independientes podrían dejar a millones sin cobertura médica en la próxima década.

Disidencia en filas republicanas
Dos senadores republicanos, Thom Tillis de Carolina del Norte y Rand Paul de Kentucky, se unieron a la oposición demócrata al votar en contra del proyecto, argumentando que los ajustes en salud y bienestar perjudicarían a sus electores. Tillis, en particular, enfrentó amenazas públicas de Trump por su resistencia a reducir el presupuesto de Medicaid. "No podemos sacrificar el acceso a la salud de los más vulnerables", declaró el legislador, en un gesto que refleja la fractura entre la línea dura del partido y quienes buscan moderación.
El texto, de 940 páginas, fue aprobado tras horas de debates y enmiendas, con críticas por la opacidad en su redacción. El líder demócrata Chuck Schumer denunció que los republicanos lo presentaron "en plena noche" y aceleraron el proceso para evitar un escrutinio público más profundo. Incluso figuras como el magnate Elon Musk tildaron la propuesta de "insensata y destructiva".
Ajustes de última hora y consecuencias económicas
El proyecto, que ahora regresará a la Cámara de Representantes para su votación definitiva, incluye compromisos para contentar a sectores clave. Uno de los más polémicos es el aumento temporal del límite de deducciones fiscales estatales y locales (SALT), una demanda de legisladores de estados con altos impuestos. No obstante, la medida, limitada a cinco años, ha sido considerada insuficiente por algunos y excesiva por otros, evidenciando las tensiones entre alas conservadoras y moderadas.
Según análisis del Presupuesto del Congreso, los beneficiarios principales serían los contribuyentes de mayores ingresos, con reducciones de hasta 12.000 dólares, mientras que los estratos más pobres enfrentarían pérdidas netas. Mientras tanto, el recorte de 25.000 millones a hospitales rurales —atenuado tras negociaciones— sigue generando alarms entre defensores de la salud pública.
Con plazos ajustados y mayorías mínimas, la batalla legislativa anticipa un verano caliente en Washington, donde cada voto cuenta y las consecuencias podrían resonar hasta las elecciones de noviembre. ¿Logrará Trump su gran victoria política, o los costos sociales truncarán su plan? El reloj sigue corriendo.

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