Tras el escándalo desatado a finales de 2023, el gobierno japonés acusó a Daihatsu, compañía perteneciente a Toyota, de llevar a cabo treinta años de pruebas de seguridad falsas. Este engaño afectó a los clientes durante una cuarta parte de la historia de la empresa.
Aunque Daihatsu abandonó Europa en 2013 por motivos de ventas, el escándalo aún resonaba en nuestro país. El director ejecutivo de la empresa, Soichiro Okudaira, reconoció la negligencia y la traición a la confianza de los clientes, asumiendo toda la responsabilidad por la dirección de la compañía.
La situación tomó un giro inesperado cuando, en junio, Toyota también fue señalada por irregularidades en las pruebas de seguridad. Hasta siete modelos de la compañía japonesa fueron aprobados mediante pruebas falsas, lo que llevó al Director General del Grupo Toyota, Akio Toyoda, a pedir disculpas públicamente por los problemas ocurridos dentro del grupo.
A medida que avanzaba la investigación, se descubrió que hasta siete modelos más podrían haberse beneficiado de pruebas de seguridad fraudulentas, lo que aumentó la preocupación por la seguridad de los vehículos en las calles. A pesar de que algunos modelos como el Toyota Yaris Cruz continuaron la producción, se aclaró que los mercados europeo y americano no se vieron afectados debido a las diferencias en los vehículos.
En un comunicado emitido por Toyota, se mencionaron las razones de los errores cometidos, incluyendo reglas operativas internas poco claras y la falta de participación de responsables de la certificación. La compañía se comprometió a contactar a las autoridades de los mercados donde se comercializan los vehículos afectados para corregir los errores y detener la producción de los mismos para modificar los componentes necesarios.
El gobierno japonés ha sido contundente en su respuesta a este escándalo, encontrando violaciones generalizadas y deliberadas en la empresa. Como consecuencia de las investigaciones, 90 empresas están siendo investigadas por las autoridades japonesas para prevenir futuras situaciones similares en el futuro.
En resumen, el escándalo de las pruebas de seguridad falsas en Daihatsu y Toyota ha generado un revuelo considerable en la industria automotriz japonesa, afectando la confianza de los consumidores y poniendo en tela de juicio los estándares de seguridad en la fabricación de vehículos.
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